El estado turco invasor y sus aliados jihadistas son responsables de algunos de los crímenes más atroces en Afrin.

Después del bombardeo y la operación de invasión, que comenzó el 20 de enero, cientos de miles de personas se vieron obligadas a huir de sus hogares, mientras que sus casas fueron saqueados por miembros del Ejército Libre Sirio y otras bandas jihadistas. Además de eso, el estado turco está implementando una política de cambio demográfico en el área de Afrin.

Los ciudadanos que han permanecido en la ciudad y las aldeas circundantes están sujetos a los peores ataques y violencia. Las mujeres han sido violadas y secuestradas, los hombres y los niños pequeños han sido secuestrados también.

Según algunas fuentes, a las 6 de la mañana del martes, varios mercenarios pertenecientes a Ahrar al-Sham han ido a la aldea de Kurzele, en Sherawa, y han destruido todas las casas. Se dice que al menos 200 personas del pueblo fueron secuestradas y llevadas a una escuela convertida en prisión por las fuerzas invasoras.

El número de secuestros está aumentando cada hora. Hombres y mujeres están siendo secuestrados en medio del silencio de la comunidad internacional.

Un destino desconocido le espera a muchos de los secuestrados.