EE.UU. y Rusia frenan la operación terrestre turca, pero los avances kurdos están en peligro

Las políticas rusa y estadounidense de apaciguamiento han evitado por ahora una nueva operación terrestre turca en Siria, pero ambas sientan las bases para un desmantelamiento gradual de los avances kurdos en el norte.

Los planes turcos de llevar a cabo una operación terrestre contra las zonas controladas por los kurdos en Siria se han visto paralizados por las objeciones de Rusia y Estados Unidos, pero parece estar tomando forma una estrategia de presión sostenida para deshacer progresivamente los avances kurdos sobre el terreno.

Las propuestas que Moscú y Washington habrían presentado para apaciguar a Ankara reducirían el área de control de la Administración Autónoma kurda de facto en el Norte de Siria, aunque impedirían la presencia de tropas turcas sobre el terreno. Además, las conversaciones de Turquía con Rusia se basan en la posibilidad de que Ankara normalice sus relaciones con Damasco y de que los rusos utilicen esa posibilidad para presionar a los kurdos para que lleguen a un compromiso con el gobierno sirio.

Siria ocupó un lugar destacado en la agenda de las conversaciones turco-rusas celebradas en Estambul los días 8 y 9 de diciembre, dirigidas por los viceministros de Asuntos Exteriores de ambos países y a las que asistió el enviado del Kremlin para Siria, Alexander Lavrentyev. "Todavía no se ha lanzado ninguna operación terrestre, lo que significa que ya ha habido un resultado positivo. Seguiremos adelante", declaró el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Mijaíl Bogdánov, durante las conversaciones. El tema también se trató en una llamada telefónica el 11 de diciembre entre el presidente Recep Tayyip Erdogan y su homólogo ruso, Vladimir Putin.

Moscú y Washington no han revelado oficialmente sus propuestas, pero se han filtrado algunos detalles.

Según un funcionario turco que habló con Al Jazeera el 7 de diciembre, Ankara ha exigido que Moscú y Washington presionen a las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, por sus siglas en inglés) dirigidas por kurdos para que se retiren de Manbij, Til Rifaat y Kobanê en un plazo de dos semanas o se enfrenten a una ofensiva terrestre. Los estadounidenses respondieron con una propuesta para reestructurar las SDF y dar a sus componentes árabes un papel más importante en las tres ciudades, dijo el funcionario. Turquía, sin embargo, insistió en que el control de las SDF sobre las instalaciones petrolíferas debía terminar antes de considerar cualquier propuesta estadounidense.

Los rusos, por su parte, propusieron en Estambul que las SDF se retiren de Kobanê y Manbij, mientras que las Asayish —la fuerza de seguridad interna de la Administración Autónoma— permanezcan con la condición de ser incorporadas a las fuerzas gubernamentales, informó Asharq al-Awsat. La parte turca pidió tiempo para evaluar la oferta, reiterando que ningún elemento de las SDF debe permanecer en una franja de 30 kilómetros de profundidad a lo largo de toda la frontera. Las SDF ya habrían aceptado esta propuesta.

Turquía considera a las fuerzas kurdas sirias como una amenaza para la seguridad nacional y equipara a las Unidades de Protección Popular (YPG) —la columna vertebral de las SDF respaldadas por Estados Unidos— con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), el grupo armado que ha luchado contra Ankara desde 1984 y está designado como grupo terrorista.

Una fuente kurda dijo a Al-Monitor que, oficialmente, las SDF se habían retirado de las áreas citadas en un acuerdo de 2019 entre Rusia y Turquía, pero subrayó que el acuerdo no cubría a las Asayish. "Las SDF no están en contra de la propuesta rusa, que se basa en el acuerdo de 2019, pero las Asayish deben incorporarse a las fuerzas del régimen", dijo. Al parecer, Turquía insiste en que las Asayish también debe marcharse.

Damasco, según la fuente, se mantiene intransigente en cuanto a la autonomía formal de los kurdos y sigue presionando firmemente para que se retiren las fuerzas estadounidenses de las zonas controladas por los kurdos y el control de los yacimientos petrolíferos, pero es poco probable que rechace la propuesta sobre las Asayish. "Podría encontrarse una fórmula intermedia sobre las Asayish. Se han producido algunos contactos, y la impresión es que el régimen podría ser flexible al respecto", dijo la fuente. A diferencia de su rigidez en cuestiones políticas, Damasco se ha mostrado más dócil en el ámbito militar, señaló la fuente. "Las Asayish y las fuerzas del régimen han adquirido experiencia trabajando codo con codo en Qamishlo y Hesekê. Además, las fuerzas del régimen están ahora presentes a lo largo de toda la frontera. Hay una coordinación permanente en materia de seguridad", añadió.

En declaraciones a Asharq al-Awsat la semana pasada, el comandante de las SDF Mazloum Abdi descartó la retirada de las Asayish. Refiriéndose a los acuerdos de 2019, dijo: "No acordamos el regreso de las instituciones del régimen. Sólo acordamos la guardia fronteriza y la presencia del régimen en la frontera". Preguntado por la propuesta rusa de retirada de las SDF de Manbij y Kobanê en favor de las fuerzas gubernamentales, señaló: "El régimen tiene allí más fuerzas que nosotros, casi el doble que las nuestras. El régimen está desplegado en Kobanê, Manbij y Til Rifaat. Un ataque a Kobanê y Manbij será más un problema para el régimen que para nosotros".

Las SDF no se oponen a formar parte del ejército sirio, pero eso requeriría una solución constitucional, dijo Abdi, añadiendo que estaría dispuesto a ir a Damasco para mantener conversaciones una vez que las condiciones estén maduras para un acuerdo.

Según la fuente kurda, "Damasco está reconsiderando las cosas a la luz de la oferta de normalización de Turquía. ¿Debe llegar a un acuerdo con Ankara o reconciliarse con los kurdos? Como Ankara no cumpliría las condiciones de Damasco, el régimen está tanteando el terreno por nuestra parte. Puede que finalmente opte por un acuerdo con los kurdos".

Una segunda fuente kurda dijo que las fuerzas armadas que se habían desplazado al norte ante el aumento de los ataques turcos desde el 20 de noviembre podrían retirarse de nuevo en línea con el acuerdo de 2019 si se dieran las garantías adecuadas. En cualquier caso, los consejos militares a los que está afiliada las Asayish permanecerán, añadió la fuente.

A ojos de Ankara, las YPG y los consejos militares son lo mismo, de ahí su afirmación de que el acuerdo de 2019 —que exigía la retirada de las YPG de las zonas fronterizas, así como de Manbij y Til Rifaat— no se ha cumplido.

Según la segunda fuente, Washington no se opone a que los kurdos discutan su futuro estatus con el Gobierno de Bashar al Assad, y Abdi está dispuesto a ir a Damasco para allanar el camino hacia una solución e impulsar las negociaciones ante la perspectiva de que los contactos entre la inteligencia turco-siria evolucionen hacia un diálogo político. "Assad podría recurrir a los kurdos, pero Rusia e Irán lo obstaculizan", afirmó la fuente.

En caso de una retirada de las SDF en favor de las fuerzas gubernamentales, se espera que se acelere el ritmo de normalización entre Ankara y Damasco. La opinión predominante entre los kurdos es que una eventual reconciliación turco-siria se basaría en el objetivo de deshacer por completo los avances kurdos, por lo que llegar a un acuerdo con Damasco antes de que eso ocurra se considera vital.

Noticia publicada en Al Monitor y traducida por Rojava Azadî Madrid.