El cuerpo calcinado de una mujer llamada Zeyneb Ebdo fue encontrado en el pueblo de Rota, en el distrito de Mabata de la ciudad de Afrin, ocupada por Turquía, en el norte de Siria.

Zeyneb Ebdo fue liberada recientemente de la prisión de mercenarios respaldados por Turquía y su casa en el centro de Afrin fue tomada por mercenarios de Jabhat al-Shamiya. Algunos miembros de su familia también fueron secuestrados y su destino sigue siendo desconocido.

El Estado turco, con una soldadesca de yihadistas y extremistas de derecha, estableció un régimen de terror sobre Afrin, que ocuparon en marzo de 2018. Los secuestros, los saqueos, los rescates y los desplazamientos están a la orden del día desde entonces.

Según los defensores de los derechos humanos, el Estado turco mató a 686 civiles y secuestró a 8.455 en Afrin en 4 años. El destino de casi la mitad de los secuestrados sigue siendo desconocido.

En el periodo comprendido entre el 29 de julio y el 23 de agosto, la Organización de Derechos Humanos de Afrin registró 101 secuestros. 17 de los secuestrados eran mujeres. Además, entre los secuestrados había tres menores. A menudo, los secuestrados son llevados a cámaras de tortura dirigidas por mercenarios o por el MIT y liberados tras el pago de rescates. Sin embargo, los secuestrados son torturados repetidamente hasta la muerte y sus cuerpos son arrojados en campos u otros lugares. Esto crea un clima de terror y aleja a la población kurda.