Los desplazados de Afrin resisten a todas las difíciles condiciones que les imponen el Estado turco invasor y el gobierno de Damasco para poder regresar a sus hogares.

La 4ª Brigada del gobierno de Damasco ha agravado aún más el embargo sobre el cantón de Shehba desde agosto de 2022. En las duras condiciones invernales, las difíciles condiciones de vida y la ausencia de la infraestructura para satisfacer las necesidades más básicas, el suministro y entrada de materiales básicos como combustible, medicinas y alimentos está detenido por culpa del embargo del régimen sirio y la ocupación turca.

Al mismo tiempo, el Estado turco ataca a diario los distritos de Sherawa y Shera y las regiones cantonales del cantón ocupado de Afrin.

Desde 2018, los refugiados siguen viviendo en campamentos y casas semidestruidas. Los huertos donde los ciudadanos conseguían una parte de su sustento también han sido ocupados por el Estado turco y sus mercenarios. Como el pueblo de Herbel, que está muy cerca de estas zonas y es bombardeado con armamento pesado todos los días. Sin embargo, las mujeres recogen allí los restos de la cosecha con sus hijos.

Para paliar la situación, una refugiada de Afrin se gana la vida recogiendo los restos de cosechas como patatas y cebollas. Henîfe Elî, refugiada de la aldea de Beradê, en Sherawa, vive en el campamento de Serdem después de que el Estado turco invadiera Afrin en 2018.

En declaraciones a ANHA mientras lavaba con agua fría las patatas que había recogido, Henîfe Elî dijo: "Nuestra situación es muy mala. Echamos de menos nuestra tierra, nuestros olivos y nuestra ciudad Afrin. Mi esperanza es volver pronto a Afrin".

Henîfe continuó: "Fui a recoger las sobras de los campos, estoy limpiando lo que he recogido. Debido a la falta de alimentos, combustible y gas, nos ganamos la vida con lo que conseguimos encontrar."

Henîfe recalcó que resistirán hasta que vuelvan a sus hogares.