En la región desértica de Shehba viven 90,000 habitantes originarios de esas tierras y alrededor de 140,000 personas desplazadas de Afrin. Limita con las áreas ocupadas por Turquía y sus mercenarios, y es repetidamente blanco de fuego de artillería. La región también se ve gravemente afectada por el riesgo de pandemia de COVID-19. La administración autónoma, el gobierno local y el comité de salud de Shehba están haciendo todo lo posible para evitar la propagación de la pandemia. Después del cierre de escuelas e instalaciones públicas, se desinfectan todas las áreas.
A pesar de que el régimen sirio aún no ha emitido una declaración sobre la pandemia, los informes de casos de COVID-19 en Latakia, Alepo y Damasco hacer temer a la gente. Los desplazados internos de Afrin, que viven en condiciones difíciles en la región, están particularmente amenazados. La co-alcaldesa del cantón de Shehba, Melek Huseyin, informa que todavía no se han detectado casos en la región. Los comités de salud, las comunas y los consejos están activos y toman precauciones contra el virus. Se organizan eventos informativos y se advierte a las personas a través de programas de televisión, radio, entrega de folletos.
La co-alcaldesa informó sobre una campaña de limpieza en tres fases;
La primera fase es la limpieza de las áreas exteriores y la desinfección de todas las instalaciones, escuelas, tiendas y restaurantes.
La segunda fase implicará la desinfección de todas las casas, calles, basureros, el sistema de alcantarillado y las mezquitas.
En la tercera fase, todas las calles serán vaporizadas con desinfectante.
El trabajo se llevará a cabo cada 15 días durante los próximos seis meses.
La co-alcaldesa concluye indicando: "Como saben, Shehba ha sido una zona de guerra. Por esta razón, la mayoría de las casas han sido destruidas, lo que no es bueno para la salud".