Tan solo unos minutos separan el hospital de Shehid Lêgerin de la línea del frente en Tel Tamir, un hospital con más de 100 trabajadores. Se distribuyen en turnos durante toda la semana y a lo largo del día: cirujanos, técnicos, enfermeros, paramédicos y conductores trabajan para llevar a las víctimas de primera línea del frente al hospital, y del hospital a otras ciudades si es necesario.

La proximidad del hospital a la línea del frente y la dedicación de sus trabajadores resultan esenciales para salvar cientos de vidas.

La última noche recibieron un hombre de 32 años con una herida grande de metralla, de unos 10-12 cms, en el abdomen.

Los paramédicos pudieron localizarlo y detener el sangrado, llevándolo al hospital en menos de 20 minutos. El equipo quirúrgico lo recibió en el quirófano, donde se le extrajeron los fragmentos de metralla con dificultad. Durante la cirugía, se usaron todas las bolsas de sangre que coincidían con el tipo de sangre del herido. Al final, este tipo de sangre se acabó. El líder del equipo, que también es co-director de la Media Luna Roja Kurda, donó entonces su sangre, coincidente con el grupo de sangre del herido.

Muchos órganos del paciente sufrieron daños: vasos sanguíneos, intestinos, sangre y riñones, pero finalmente le salvaron la vida.

Si el hospital estuviera a varios kilómetros de distancia o si hubiera escasez de sangre, esta persona habría perdido la vida a causa de una la hemorragia.

No solo este paciente, sino decenas de casos graves como este llegan al hospital de Lêgerin y son salvados con la misma dedicación y habilidad cada día.

Este hospital fue construido con la ayuda de colegas italianos con el fin de apoyar a la gente de Tal Tamir después de que el Estado Islámico volara en pedazos el único hospital que había allí. El nombre del hospital se debe a la doctora argentina Lêgerin (Elena Sánchez), a quien el personal sanitario del hospital le está eternamente agradecido.