La Unión de Yazidis en el Cantón Shehba del norte de Siria protestó contra la conspiración internacional que condujo a la captura y entrega del líder del pueblo kurdo Abdullah Öcalan de Kenia a Turquía el 15 de febrero de 1999.

El comunicado de prensa leído en la actividad decía lo siguiente:

“Estamos atravesando un momento en que todo el mundo exige libertad, democracia y derechos humanos. Sin embargo, la situación en el mundo y el Medio Oriente es totalmente opuesta. La conspiración contra Öcalan se dirigió a los pueblos del mundo que exigen libertad, democracia y libertad. La conspiración fue dirigida contra la humanidad. Los involucrados en la conspiración tenían como objetivo la esclavitud de los pueblos y la erradicación de la humanidad".

La declaración enfatizó que la conspiración también se dirigió a la comunidad yazidí, que se iluminó con las ideas de Öcalan después de las docenas de masacres que han sufrido en su historia.

La manifestación concluyó con las consignas "Bê serok jiyan nabe" [No hay vida sin el líder] y "Şehid namirin" [los mártires son inmortales].