Siria y Oriente Medio han entrado en una nueva fase tras la caída del dictador Bashar al Assad en manos de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), anteriormente conocido como Jabhat al Nusra, que se estableció en 2012 como afiliado de Al Qaeda en Siria. 

El ascenso de HTS plantea preocupaciones sobre el futuro del pueblo sirio, particularmente de las mujeres, dadas las diversas nacionalidades, religiones y clanes de Siria. La situación se hace eco de la difícil situación de Afganistán bajo los talibanes, donde las mujeres se enfrentan al empeoramiento de las condiciones y a nuevas leyes que restringen sus derechos.

El trato a las mujeres después del cambio de régimen es un indicador clave del compromiso de un país con la igualdad y la libertad. Actualmente, los derechos de las mujeres sirias están bajo amenaza, lo que refleja implicaciones más amplias para varios grupos étnicos y religiosos. Sin el reconocimiento de los derechos de las mujeres y los derechos de todas las comunidades en la construcción de una Siria futura, cualquier nuevo gobierno corre el riesgo de perder legitimidad, lo que podría conducir a una guerra civil. Por lo tanto, el apoyo global, especialmente para las mujeres sirias, es crucial.

Sin embargo, no todos los cambios son democráticos o constructivos. Oriente Medio necesita una revolución en la conciencia y el pensamiento, arraigada en una cultura de igualdad, particularmente para las mujeres. Ejemplos históricos, como la revolución de Irán de 1979, muestran que el auge de la dictadura a menudo implica la subyugación de las mujeres. La aparición de partidos de derecha y extremistas representa una amenaza significativa para los derechos y las luchas de las mujeres.

A la luz de los conflictos mundiales en curso, es esencial una estrategia colectiva contra las adversidades que enfrentan las mujeres y los pueblos oprimidos. Las ideas recientes de Abdullah Ocalan sobre la democracia y la igualdad ofrecen una salida al caos actual, enfatizando la necesidad de medidas positivas contra escenarios futuros oscuros. Su visión para una resolución democrática de la cuestión kurda podría remodelar la región, mientras que la violencia continua sólo perpetuará los ciclos de derramamiento de sangre.

En los últimos 13 años de Administración Autónoma (AADNES) han avanzado significativamente los derechos de las mujeres y se ha fomentado una nueva conciencia en la región.

La lucha kurda, ejemplificada por la resiliencia de las mujeres, sirve de inspiración para las mujeres árabes y afganas, y para todas las naciones oprimidas. Como mujeres revolucionarias, hay dos caminos: resistir y acabar con la oscuridad a través de la lucha continua, o enfrentar un sombrío resurgimiento de la opresión. El compromiso con esta responsabilidad histórica es vital para un futuro libre.

FUENTE: Bahar Ewrîn / ANHA / Edición: Kurdistán América Latina