El co-presidente del Partido Humanidad y Libertad (PIA), Ahmet Kaya, declaró a ANF que toda la atención de los kurdos se centra en Rojava y añadió: "Hace 100 años, durante la Primera Guerra Mundial, los kurdos tuvieron la oportunidad de establecer su propio Estado u obtener un estatus. Esta oportunidad fue aniquilada por el Tratado de Lausana. El Kurdistán se dividió en cuatro partes y se repartió entre cuatro Estados. Después de 100 años, dos de estos estados, Irak y Siria, ya no pueden continuar su existencia como un cuerpo unido. No parece posible que continúe el sistema actual. Las nuevas condiciones que han surgido en Rojava ofrecen ahora a los kurdos la oportunidad de volver a gobernarse a sí mismos después de 100 años y de formalizar el estatus que han conseguido".

La unidad es importante

Kaya subrayó que los kurdos deben ser muy cuidadosos en este proceso y hacer todo lo necesario para aprovechar esta oportunidad: "Deben reforzarse las relaciones con los Estados influyentes en la política internacional y mundial, y aumentar las actividades políticas y diplomáticas. Las relaciones establecidas sobre el terreno hasta ahora deben llevarse aún más lejos, especialmente con los círculos poderosos. Del mismo modo, los lazos establecidos con los pueblos que viven en la región y las potencias locales deberían reforzarse aún más. El establecimiento de una representación única en nombre de los kurdos es de gran importancia. Esta representación debe incluir a los kurdos de Rojava y de otras partes y debe construirse sobre la base de un acuerdo. Cuando se establezca dicha estructura, los kurdos ya no podrán ser ignorados. La nación kurda es una nación colorida compuesta por diferentes creencias, tradiciones e ideas. Una representación basada en esta diversidad fortalecerá a los kurdos. Las potencias que entablen relaciones con los kurdos a través de una nueva estructura de este tipo actuarán sabiendo que este mecanismo representa a todos los kurdos".

Un precio enorme

Kaya advirtió de que el riesgo de que las grandes potencias con intereses políticos sobre el terreno actúen sobre las diferencias de los kurdos y desarrollen políticas contra ellos es mayor que nunca, y añadió: "Debemos tener en cuenta este riesgo que se está desarrollando en nosotros y tener cuidado. De este modo podrían empujar a los kurdos fuera del nuevo equilibrio. Por lo tanto, debemos tener cuidado y tomarnos en serio esta oportunidad".

"Los logros en Rojava son el resultado de la lucha y la resistencia - prosiguió Kaya - y no fueron concedidos como un favor por otros. Los kurdos han llegado a este punto pasando por procesos difíciles. Proteger y hacer permanentes los logros obtenidos como resultado de esta lucha requiere un gran esfuerzo. Por lo tanto, los logros del pueblo deben tener prioridad sobre otros intereses. Sería un gran error olvidar y dilapidar estos logros", concluyó.