El Congreso de la Sociedad Democrática (DTK), el Movimiento de Mujeres Libres (TJA), el Partido de las Regiones Democráticas (DBP) y la Asamblea Juvenil del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) han hecho una declaración conjunta sobre el “festival” organizado en Sur, Amed, por los fideicomisarios en colaboración con el Ministerio de Cultura y Turismo. El festival comienza hoy y se prolongará hasta el 16 de octubre.

La portavoz de la Asamblea Juvenil del HDP y diputada por Amed, Dersim Dağ, ha declarado: “El gobierno, a través de los fideicomisarios que prohibieron los medios sociales, silenciaron a los periodistas, detuvieron y asesinaron a los que no pudieron silenciar, prohibieron los festivales y los conciertos, ahora quieren organizar un festival en Sur. No hemos olvidado ni olvidaremos a los fideicomisarios que usurparon la voluntad del pueblo kurdo. Este festival, que no es más que un genocidio cultural, se organiza para enterrar la memoria kurda. Es un genocidio cultural. No aceptamos esta política y, por lo tanto, no aceptaremos este festival. Llamamos a todo el pueblo y a la juventud de Amed a boicotear el festival. Este festival es un festival que se celebra en el marco de las políticas especiales de guerra y con el propósito de un genocidio cultural. Los que usurparon la voluntad del pueblo de Amed, bombardearon los muros y las calles de Amed, no pueden celebrar un festival sobre estos sufrimientos”.

En Amed, como en tantas otras ciudades del Kurdistán turco, el gobierno nombró a dedo a fideicomisarios afines al régimen para gobernar después de detener y encarcelar a los alcaldes y las alcaldesas electos.

En una declaración, el DTK, el TJA, el DBP y la Asamblea Juvenil del HDP llaman la atención sobre el terror estatal que se desató durante los toques de queda en Sur en 2015 y el asesinato de decenas de personas: “Después de 7 años, el padre de Hakan Arslan, Ali Rıza Arslan, cuyos huesos de su hijo le fueron devueltos en una bolsa de plástico, ha llamadi al pueblo kurdo a defender sus valores diciendo: ‘Si nuestra gente va a este festival, nos matarán una vez más’. Por ello, no participar en este festival es una responsabilidad moral y social. Porque el luto por los que perdieron la vida en Sur no ha terminado. Con este festival, la mentalidad fascista que quiere convertir el sufrimiento social del pueblo kurdo en un entretenimiento ataca también los valores comunes y la cultura del pueblo kurdo. Adoptar una postura contra este festival es también asumir la responsabilidad de proteger nuestra historia y nuestros valores culturales”.