El 26 de enero de 2022 se abrió un caso histórico en Alemania sobre la prohibición impuesta en 2019 a la principal editorial kurda, Mezopotamien Verlag, y a la distribuidora de música kurda, Mir Muzik. El Tribunal Administrativo Federal de Alemania dictaminó el pasado miércoles que la decisión del Ministerio del Interior fue “conforme a la ley”. La batalla legal de las instituciones kurdas se llevará ahora a un tribunal superior.
Peace in Kurdistan ha emitido un comunicado en solidaridad con los editores, escritores, músicos y artistas creativos kurdos y “todo el pueblo kurdo que protesta por este acto de censura estatal. Pedimos que se levante la prohibición y que se permita a los kurdos y kurdas ejercer el derecho a la libertad de expresión. Defendamos el derecho a la libre expresión. Esto es un ataque contra todos nosotros y nosotras”.
El 1 de febrero de 2019, el Ministerio del Interior alemán impuso una prohibición a la principal editorial kurda, Mezopotamien Verlag (Editorial Mesopotamia) y a la distribuidora de música Mir Muzik, acusando a ambas de apoyar a una organización terrorista. Según la Fiscalía, se trata de “suborganizaciones del PKK”.
La campaña Peace in Kurdistan ha declarado que “la acción ha llevado a las autoridades alemanas a incautar lo que se calcula que es el mayor archivo de música kurda del mundo, junto con las existencias de la editorial, que ascienden a unos 50.000 volúmenes. Esto representa una enorme supresión de la literatura, la música y la cultura kurdas por parte de un Estado europeo, posiblemente la mayor medida contra la cultura kurda fuera de Turquía.
No es de extrañar que Ankara acoja con satisfacción esta represión, que supone una extensión de la política represiva del Estado turco dentro de la Unión Europea”.
La declaración añade: “Frente a la supresión total de la cultura y la autoexpresión kurdas en su tierra natal, las comunidades kurdas en el exilio han esperado durante mucho tiempo disfrutar de las libertades y los derechos que gozan todos los ciudadanos y ciudadanas europeos. Han ejercido su derecho a la libre expresión, han estudiado su cultura libremente, han desarrollado sus tradiciones musicales y han explorado su literatura a través del verso y otros escritos. Estas obras y publicaciones han permitido al pueblo kurdo transmitir su patrimonio y su historia a las generaciones más jóvenes que han nacido en el exilio y han crecido sin conocer directamente su cultura y sus tradiciones. Las editoriales y las distribuidoras de música han cumplido una función vital para mantener viva la cultura kurda”.
Y continúa: “La supresión de estas dos editoriales líderes en Alemania es un ataque indignante a los derechos del pueblo kurdo. También es una traición a los principios fundamentales de la libertad y la libertad de expresión que en su día se consideraron el principal legado de Europa a la sociedad humana y al avance de la civilización moderna.
El hecho de que el Estado alemán adopte ahora medidas represivas tan extraordinarias contra una comunidad minoritaria de migrantes que ha buscado refugio en la sociedad alemana es un hecho profundamente preocupante. Significa, en efecto, que los derechos civiles que durante tanto tiempo se han dado por sentados se van a negar a quienes tratan de escapar de la salvaje e implacable represión a la que se enfrentan en su país de nacimiento. Esta acción deplorable deja a Alemania expuesta a las acusaciones de que está actuando en nombre de Turquía y que, de hecho, se ha convertido en poco más que un adulador y lacayo de Erdogan”.
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