El lunes una delegación alemana aterrizó en Norte de Siria para informarse de la situación sobre el terreno y reunirse con distintos agentes sociales y políticos. Uno de los miembros de la delegación es el cineasta y productor Peter Ott, cuya película "El protócolo de Milán" fue estrenada a principios de año. La película, un thriller político, fue filmada en localizaciones en la frontera de Kurdistán Sur y Norte de Siria.

Ott ha hablado con ANF sobre sus primeras impresiones y planes futuros.

Has llegado a Rojava. ¿Cuál es tu primera impresión?

Una semana es muy poco tiempo para tener más que experiencias superficiales. Hemos llegado hace poco a Rojava y como alguien que conoce la región kurda del norte de Irak, tengo muchas ganas de hablar con las personas con las que nos encontramos. El proyecto de auto-gobierno, igualdad de género, construcción de una democracia de base es fascinante. Por un lado, porque está siendo llevado a cabo en un contexto de guerra, y por otro porque está continuamente siendo corregida y mejorada con una impresionante paciencia y capacidad de auto-crítica. La losa de la corrupción pesa sobre todo Oriente Medio pero parece que aquí ha sido eliminada.

¿Qué te ha motivado para viajar hasta aquí?

Estoy interesado en las noticias de un proyecto histórico que no solo es un modelo para Oriente Medio, sino para superar todas las contradicciones en las que el capitalismo nos mete de forma constante y de las cuales no nos liberará. Como trabajador de la cultura izquierdista, considero que es una obligación el observar este proyecto. Así que estoy muy contento de tener esta oportunidad aunque sea durante tan poco tiempo.

¿Serás capaz de visitar el campo de refugiados de Afrin en Shehba?

Todavía no está claro. El campamento está situado en territorio del régimen de Assad y todavía está por ver que podamos ir. Hasta ahora, la verdad es que no lo parece.

¿Tienes alguna idea sobre que harás con lo aprendido en este viaje cuando vuelvas a Alemania?

Primero organizaremos actos. También veo este viaje como una investigación de cara a nuevos proyectos. Además, se trata de aprender de la tenacidad del proyecto y de habla sobre como construir un proyecto concreto y sustentable de izquierdas para artistas creativos o intelectuales de Alemania. También por eso debemos aprender de Rojava.