La huelga de hambre iniciada en protesta por el traslado de tres miembros del ESP a estas prisiones continúa en marcha.
Según datos del Ministerio de Justicia, en Turquía hay 43 prisiones de tipo S y tipo Y. Estas cárceles, construidas recientemente e implementadas por el gobierno en 2023, se caracterizan por sus muros extremadamente altos, razón por la que se las denomina "tipo foso". Algunos de los detenidos en la operación llevada a cabo contra el ESP en enero fueron trasladados a estos centros. Como respuesta, tres miembros del partido iniciaron una huelga de hambre, que sigue vigente.
Sezin Uçar explicó a la ANF que el régimen ha construido estas prisiones como un mecanismo de represión contra quienes exigen justicia y libertad en las calles o alzan la voz en protesta. Afirmó: "El régimen busca profundizar el sistema de aislamiento y reclusión solitaria en las cárceles por todos los medios posibles, atacando los cuerpos, mentes y voluntades de los presos".
Aislamiento extremo
Uçar señaló que la estructura física de las prisiones tipo foso está diseñada deliberadamente para agravar el aislamiento: "A diferencia de otras prisiones de alta seguridad, aquí el tiempo al aire libre es mínimo. Los reclusos solo pueden salir al patio dos horas al día máximo. Están en celdas individuales o para tres personas, pero la mayoría están en confinamiento solitario. Los muros que rodean las zonas exteriores son mucho más altos que en otras prisiones. La ventilación es extremadamente estrecha y limitada, lo que hace que el lugar parezca un foso. De ahí el nombre".
Impidiendo la vida revolucionaria de los presos
Estas prisiones tienen tres pisos, y en cada uno hay personas procesadas por cargos diferentes. Este diseño arquitectónico supone graves riesgos para los reclusos. Por ejemplo, alguien acusado de pertenecer a una organización izquierdista puede estar en un piso justo encima de un preso vinculado al Estado Islámico (ISIS). Esto es intencional. Incluso quienes enfrentan los mismos cargos son ubicados en bloques separados. Es parte de una política penitenciaria estatal destinada a romper la vida comunitaria de los presos revolucionarios, evitar que organicen una resistencia colectiva y aislarlos de cualquier forma de comunicación o diálogo.
"Este sistema no es aceptable"
La abogada Uçar destacó que las escasas horas de ventilación son un problema grave, especialmente por su aplicación estricta en detenidos: "Incluso para condenados a cadena perpetua agravada, estas restricciones son inaceptables. Pero es aún más grave que personas en espera de juicio, que podrían ser absueltas, sufran estas condiciones. Muchos son trasladados a prisiones tipo foso simplemente por enfrentamientos con la administración en otras cárceles, a menudo por investigaciones disciplinarias".
Y añadió: "¿Qué acciones provocan sanciones? Rechazar el rótulo de 'terrorista' impuesto por la administración, protestar, gritar consignas, presentar peticiones o exigir derechos básicos. Todo esto, que es rutina para un preso, se considera una amenaza. Este régimen penitenciario busca someter a gran parte de la sociedad al aislamiento. Es un sistema basado en el encierro absoluto, y por eso debe ser combatido. Para nosotros, los socialistas revolucionarios, esto **no es en absoluto un sistema aceptable".
"Hay que apoyar la acción de nuestros compañeros"
Uçar recordó que varios miembros del ESP, detenidos desde hace cuatro meses, fueron trasladados a estas prisiones, y que sus compañeros están en huelga de hambre en protesta: "Nuestra copresidenta Deniz Aktaş, nuestra representante de las Asambleas de Mujeres Socialistas (SKM), Tanya Kara, y otros militantes fueron enviados a la prisión de Silivri. El 8 de marzo, se abrieron investigaciones disciplinarias contra ellos, y muchos fueron trasladados a prisiones tipo foso. Como respuesta, iniciaron una huelga de hambre. Primero, enviaron peticiones al Ministerio de Justicia pidiendo ser trasladados a cárceles cercanas a los tribunales donde se les juzga. Rechazaron el traslado a prisiones tipo foso, protestaron con consignas y presentaron sus objeciones por escrito. Algunos terminaron la huelga al ser reubicados, pero tres compañeros la mantienen".
Uçar enfatizó que este tema debe ser prioritario para todos los partidos políticos, la izquierda socialista y las instituciones revolucionarias:
"No es solo un problema de quienes están en esas cárceles. Toda la sociedad está siendo objetivo de este encierro. Se nos fuerza a aceptar una forma intensificada de aislamiento. Por eso llamamos a apoyar la huelga de hambre y a sumarse a la lucha para **cerrar las prisiones tipo foso".