Mazlum Dağ y Abdurrahman Er, detenidos y condenados a muerte por el KDP, han sido objeto de graves violaciones de sus derechos desde el día en que fueron encarcelados. Los dos kurdos han estado en huelga de hambre muchas veces para poner fin a la opresión y a las violaciones de sus derechos. La última vez que iniciaron una huelga de hambre fue el 18 de mayo, contra la imposición del uniforme carcelario. Como aún no se han atendido sus demandas, su protesta continúa hasta el día de hoy, 58 días después.

En una llamada telefónica con su familia el 23 de junio, Mazlum Dağ dijo que su estado de salud era malo, que no había médico ni medicinas en el hospital, que nadie les había visitado durante 10 días, y que Er había perdido 20 kilos y él mismo 10 kilos.

Las familias de ambos presos han condenado el aumento de la presión sobre sus hijos y han pedido a los intelectuales del Kurdistán Sur y a las asociaciones de derechos humanos que los protejan.