Cortan la llamada telefónica de un preso con su madre en Turquía por hablar en kurdo

Medine Kaymaz, madre de Bayram Kaymaz, preso en la cárcel cerrada de tipo F de Tekirdağ, denuncia que le cortaron la llamada telefónica con su hijo por hablar en kurdo.

RACISMO INSTITUCIONAL

Bayram Kaymaz, preso desde hace 30 años en la cárcel cerrada de tipo F de Tekirdağ, habló por teléfono con su madre Medine Kaymaz, de 82 años de edad, el 2 de agosto. Kaymaz explicó en la llamada telefónica las violaciones de derechos sufridas en la prisión. Contó a su madre que a los presos que hablan kurdo se les imponen castigos como monitorización y la prohibición de comunicarse.

Su madre, Medine Kaymaz dijo: "Hay una prohibición de facto del kurdo. Ni siquiera permiten a los presos leer revistas y libros. Mi hijo dijo: 'Nos impiden incluso leer libros'. Asaltan sus pabellones en mitad de la noche y todo se convierte en un caos. Hay una gran política de crueldad hacia los presos en las cárceles turcas".

Medine Kaymaz declaró además que cortaron la llamada telefónica antes de que acabara el tiempo, precisamente porque estaban hablando en kurdo.

Medine Kaymaz dijo: "Siempre que la administración penitenciaria quiera, los presos pueden llamar a sus familias. Pero se ha abierto una investigación contra los presos que hablan kurdo en la cárcel. Las mismas presiones sobre los kurdos y kurdas fuera de la cárcel se están aplicando también dentro. El director de la prisión es el principal responsable de todas estas violaciones. El director de la prisión es responsable de cualquier problema que pueda surgirles a los presos".

Protesta contra el aislamiento

Medine Kaymaz declaró que lleva un cuarto de siglo luchando por la paz como Madre de la Paz: "Hemos luchado para que la gente viva en libertad, para que se acaben las injusticias y para que se libere a los presos. Pero ahora todo empeora. A los presos que llevan 30 años en la cárcel se les obliga a mostrar arrepentimiento. ¿De qué deberían arrepentirse después de 30 años? Han pasado su vida en la cárcel. Apoyamos a nuestros hijos. No renunciaremos a su lucha. Estas políticas no beneficiarán a nadie, saldrán perdiendo".

Y añadió: "Esperamos más apoyo de la opinión pública. Abdullah Öcalan lleva años recluido en una isla-prisión. La mayor razón de las violaciones contra nuestros hijos e hijas es la política de aislamiento en Imrali. A pesar de esta crueldad y tortura, nuestra lucha contra el aislamiento continuará bajo cualquier circunstancia."

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