La Organización de Derechos Humanos de Irán (IHR), con sede en Noruega, y la ONG Juntos contra las Ejecuciones (ECPM), con sede en Francia, han publicado su 14º informe anual sobre ejecuciones.

Según el informe, “Irán se está embarcando en una fuerte reaparición en la escena internacional con las negociaciones en torno a su programa nuclear”, pero al mismo tiempo el país “sigue llevando a cabo ejecuciones”.

El informe destaca que Irán “utiliza la pena de muerte como herramienta de represión contra muchos disidentes”.

Según ambas organizaciones, al menos 333 personas fueron ejecutadas en Irán en 2021. En el año 2020 se ejecutaron 267 personas. Con respecto al año anterior, ha habido un aumento del 25%.

Calificando esta situación de “alarmante”, ambas organizaciones han señalado que tras la elección de İbrahim Reisi como presidente en junio de 2021 las ejecuciones aumentaron y se duplicaron en el segundo semestre en comparación con el primer semestre de 2021.

Según el mismo informe, mientras que nueve mujeres fueron ejecutadas en 2020, este número aumentó a al menos 17 en 2021. Se ha subrayado que dos de las mujeres ejecutadas eran, además, menores de 18 años.

El informe, de 100 páginas, señala que el número de ejecuciones relacionadas con el narcotráfico aumentó a 126, mientras que esta cifra era de 25 en 2020.

De las 17 mujeres ejecutadas, 12 fueron condenadas por asesinato. Las organizaciones no gubernamentales han llamado la atención sobre el aumento del número de mujeres condenadas a muerte por matar a sus maridos.