Según la organización iraní de derechos humanos, los presos políticos viven en la duodécima sala de la prisión central de Urmia. Por ley, todos los servicios enumerados en el estatuto penitenciario deben aplicarse a los presos políticos tanto como al resto de los presos. En la práctica, sin embargo, esto no sucede.

La organización de derechos humanos citó a una fuente anónima que denunció que "Los presos políticos tienen derecho a recibir capacitación durante solo una hora los lunes y miércoles. Solo los jueves tienen derecho a una ducha de una hora. Las autoridades de la prisión abren la puerta a las secciones 9, 10 y 11, donde se alojan los adictos a las drogas y los enfermos. El objetivo es transferir las enfermedades de estos a los presos políticos".

La misma fuente también informa que los prisioneros políticos no reciben alimentos frescos. En invierno, solo reciben agua fría para las duchas, mientras que en verano las autoridades de la prisión apagan el agua fría.