En un veredicto emitido esta semana, el Tribunal Revolucionario de Irán ha condenado a los directores Maryam Moghadam y Behtash Sanaeeha por cargos de “propaganda contra la República Islámica”, “producción de contenido obsceno” y “proyección sin autorización”. Entre las infracciones específicas se incluyen el incumplimiento del requisito de uso del hiyab para su actriz principal, Lili Farhadpour, y la participación en festivales extranjeros sin autorización, incluida la Berlinale.

El dúo dirigió la película Mi pastel favorito, presentada en la competición de la Berlinale 2024. El productor de la película, Gholamreza Mousavi, también ha sido condenado.

El Tribunal Revolucionario ha condenado a los directores a 14 meses de prisión, con suspensión de cinco años, y al pago de una multa. También los ha condenado a un año de prisión, con suspensión de cinco años, por “producción de contenido obsceno”. El tribunal también ordenó la confiscación de todo el equipo utilizado por el equipo de rodaje. Moghaddam y Sanaeeha han sido condenados a pagar una multa de 400 millones de riales iraníes (9498 dólares) al erario público, y a cada uno de los tres acusados se les han impuesto multas separadas de 200 millones de riales iraníes (4749 dólares) por los cargos de proyección.

Otros miembros del equipo, incluido el director de fotografía Mohamad Hadadi y varios actores, también han sido multados.

El Centro para los Derechos Humanos (CHRI), con sede en Nueva York, criticó el fallo, afirmando: “Los artistas iraníes se enfrentan a una creciente censura, detenciones arbitrarias y procesos judiciales por ejercer su derecho a la libertad de expresión y crítica a través del arte”.

Los directores Moghadam y Sanaeeha no pudieron promocionar la película en persona antes de su condena, ya que se les prohibió salir de Irán para asistir al Festival de Cine de Berlín y a posteriores proyecciones en Europa.

Mi pastel favorito narra la historia de una mujer soltera de 70 años que decide revivir su vida amorosa tras un encuentro casual con un hombre en un café. La película recibió un permiso de producción del gobierno iraní para rodarse en Teherán en otoño de 2022.

En una entrevista con la Agencia France-Presse (AFP) a principios de este año, Maryam Moghadam declaró: “Nuestra película cuenta la historia de una vida donde cantar, bailar o no llevar pañuelo en casa, actividades que se suelen hacer en privado, están prohibidas. Queríamos reflejar esa realidad”.

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