Las fuerzas de seguridad han detenido a cientos de civiles en Sanandaj, provincia del Kurdistán, tras el estallido de las protestas a nivel nacional por el asesinato de Mahsa (Jina) Amini.
Han llevado a los manifestantes detenidos al centro de detención de seguridad y a la prisión central de Sanandaj.
El traslado de tantas personas a la prisión ha provocado la sobrepoblación de la misma, lo que genera problemas tanto para los reclusos como para los detenidos.
Las investigaciones realizadas por la Red de Derechos Humanos de Kurdistán (KHRN) indican que la Dirección General de Organización Penitenciaria de la provincia del Kurdistán ha formado un comité para gestionar la situación en cooperación con las instituciones de seguridad.
El comité está encabezado por Mehrdad Abbasi, jefe de la protección de la inteligencia penitenciaria en la Dirección General de la Organización de Prisiones de las Provincias.
Otros miembros del comité son Koulivand, jefe de las unidades de seguridad de la prisión; Amini, jefe de la protección de la prisión; Abbasi Falehgari, jefe de las inspecciones en la prisión; y Mehdi Ghavvami, miembro del personal de la prisión.
Mehrdad Abbasi, que se encargaba de la protección de los servicios de inteligencia de la prisión, ha estado implicado en la muerte sospechosa de dos presos de delitos comunes llamados Khosrow Jamalifar y Aram Zamani en los últimos años.
El traslado a la cárcel de cientos de manifestantes detenidos ha provocado una sobrepoblación en las prisiones y una grave falta de espacio de alojamiento, una fuerte reducción de las raciones de comida, la falta de instalaciones sanitarias necesarias e incluso la falta de suministros en el almacén de la prisión.
Estos problemas llevaron a los presos a protestar el 1 de octubre, y se produjeron intensas peleas entre los presos y las unidades de seguridad de la prisión, que fueron acompañadas de fuertes palizas y represión contra los presos.
Tras este incidente, los guardias de la prisión atacaron varios pabellones y golpearon duramente con porras a los presos que protestaban.
El número de presos recluidos en la cárcel ha pasado de 650 antes de las protestas nacionales a más de mil después de las manifestaciones.
Sin embargo, la capacidad real de la prisión es de unas 400 personas.
Además, los detenidos de las últimas protestas han sido golpeados por la unidad de protección, en la que Mehdi Ghavvami ha desempeñado el papel principal.
Se ha informado de que las condiciones de esta prisión durante las últimas dos semanas han sido extremadamente inadecuadas. Unos 200 manifestantes fueron recluidos en el pabellón deportivo de la prisión, mientras que algunos fueron trasladados a otros pabellones.
Tras el traslado de los detenidos a los pabellones generales de la prisión, se ha prohibido el movimiento diario de los presos entre pabellones y cada pabellón se ha convertido en una celda pública para mantener a entre 40 y 120 personas.
Según los informes, los manifestantes detenidos son entregados diariamente a los organismos de seguridad y, posteriormente, son devueltos a la prisión tras ser sometidos a severas torturas.
Artículo original publicado en KHRN y traducido por Rojava Azadî Madrid.
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