Decenas de presos políticos de la prisión de alta seguridad de Konya Ereğli iniciaron el 4 de octubre una huelga de hambre alterna indefinida de 10 días.

La huelga de hambre se ha prolongado de forma indefinida  desde el 16 de noviembre, cuando muchos más presos se unieron a la protesta.

La opresión y las violaciones de derechos contra los presos adquirieron una nueva dimensión en los meses de verano. Muchos presos fueron deportados de la Prisión Cerrada de Tipo T de Konya Ereğli y de otras prisiones a la Prisión de Alta Seguridad de Ereğli el 23 de agosto.

Los presos recluidos en celdas solitarias fueron condenados posteriormente a un mes de prohibición de visitas y a un mes de prohibición de comunicación. El número de presos recluidos en celdas individuales aumentó a 40 en cuatro meses. A los presos no se les permite verse, ni siquiera durante el tiempo de aire. Los presos políticos también están recluidos en la misma sección que los acusados de ser miembros de la Comunidad Gülen. Ni siquiera se satisfacen las necesidades básicas de los presos, y se les da comida rancia.

Uno de los presos, Yakup Brukanli, se prendió fuego al cuerpo el 28 de octubre en respuesta al grave aislamiento y a las crecientes violaciones de derechos.

Brukan, que tenía quemaduras de segundo grado, se quemó todo el brazo derecho y la cintura, y no podía utilizar ni las manos ni el brazo derecho. Sin embargo, no fue trasladado al hospital y fue tratado esposado en la enfermería. Brukan, que corría el riesgo de contraer una infección, no fue trasladado al hospital a pesar de las numerosas solicitudes presentadas por los abogados.

Ante el agravamiento del aislamiento, la escalada de violaciones arbitrarias y sistemáticas de los derechos y la imposición del "arrepentimiento", los presos iniciaron una huelga de hambre indefinida y sin alternativas, y ya van por el 77º día de protesta.