Cemil Ivredi, de 56 años, se encuentra recluido en la cárcel de régimen cerrado Mersin-Tarsus 1 de tipo T. Envió una carta a la sección de Ankara de la Asociación de Derechos Humanos (İnsan Hakları Derneği - İHD) sobre sus problemas de salud y la actitud a la que se enfrentó durante su tratamiento.

Ivrendi ha pasado por 15 cárceles diferentes desde 1994, cuando fue detenido por primera vez. Ya experimentaba un fallo coronario cuando se desarrolló una fístula anal.

El preso dijo que la fístula se hinchó y se rompió de nuevo en 2017, y que se sometió a una operación en el Hospital Público Eskişehir el 11 de septiembre de 2017, pero el problema no desapareció.

"ME CORTÓ LA PIEL SIN ANESTESIA"

Ivredi fue trasladado recientemente a la cárcel de Tarsus desde la que fue enviado al hospital público de Tarsus cuando la fístula se rompió de nuevo el 18 de mayo. Ivrendi escribe lo siguiente sobre el tratamiento que recibió en el hospital: "Esta ha sido la primera vez que me he enfrentado a una situación realmente terrible. El médico vino y me cortó la piel sin anestesia. Me estaba viviseccionado. Sigo tratando de vendar la herida yo mismo."

Las peticiones de libertad de Ivrendi han sido rechazadas, y fue forzado a una consulta con esposas.

"NOS ESTÁN MATANDO LENTAMENTE"

Cemil Ivrendi concluye su carta con: "Yo preferiría una eutanasia activa o práctica a esta situación, mil veces. Al menos moriría una vez, pero esta gente nos está matando lentamente".