El Movimiento de Mujeres Kurdas en Europa (TJK-E) convocó una manifestación frente al Parlamento Europeo (PE) en Bruselas para exigir una reunión con Abdullah Öcalan tras conocerse recientemente que el Comité para la Prevención de la Tortura (CPT) del Consejo de Europa no se reunió con él durante su última inspección a los centros de detención en Turquía en septiembre.
Los y las manifestantes exigieron aclaraciones sobre la visita del CPT e información sobre el estado del líder político kurdo, encarcelado en la isla-prisión de Imrali desde 1999. Muchos participantes portaban banderas con imágenes de Abdullah Öcalan, así como banderas del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán).
Ayten Kaplan, en un discurso en nombre del TJK-E, habló de la importancia de Öcalan para el pueblo kurdo y para una solución pacífica de la cuestión kurda, y criticó la inacción y el silencio del PE. En otra declaración, se informó sobre el aislamiento total impuesto a los presos de Imrali.
No hay contacto con los presos en Imrali
Abdullah Öcalan fue secuestrado en Nairobi y trasladado de Kenia a Turquía en un golpe internacional el 15 de febrero de 1999 y, desde entonces, permanece aislado con sus tres compañeros de prisión, Ömer Hayri Konar, Hamili Yıldırım y Veysi Aktaş. Además, desde 2019 vuelve a estar en vigor en Imrali una estricta prohibición de visitas de abogados, de manera que la última visita del equipo de defensa de Öcalan con su cliente tuvo lugar en agosto de 2019. Konar, Yıldırım y Aktaş nunca han podido ejercer su derecho a la representación legal desde su traslado a la prisión insular en 2015.
Una delegación del CPT inspeccionó Imrali
El CPT realizó una visita ad hoc a Turquía en septiembre y emitió una declaración el 3 de octubre. Según la declaración, examinó el trato general y las condiciones de reclusión de los presos de Imrali, centrándose en las actividades comunitarias y los contactos con el mundo exterior.
Declaración del bufete de abogados Asrin
El bufete de abogados Asrin en Estambul, que representa legalmente a Öcalan y a sus compañeros de prisión, anunció el 29 de noviembre que no hubo contacto alguno con Öcalan durante la visita del CPT a Imrali.
Una conversación personal con representantes del organismo aumentó aún más la preocupación por la situación en la isla, ya que se negó la más mínima información sobre las condiciones de los presos de Imrali.
La KCK exige una clarificación inmediata
El 6 de diciembre, la Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK) pidió al CPT que aclarara la situación de Abdullah Öcalan. En su declaración, la KCK reiteró que el levantamiento del aislamiento en Imrali también podría desbloquear los canales para una solución de la cuestión kurda e iniciar así una democratización de Turquía.
El último signo de vida se remonta a marzo de 2021
Hubo una última señal de vida desde Imrali en forma de conversación telefónica entre Öcalan y su hermano en marzo de 2021, que se interrumpió a los pocos minutos por razones desconocidas.
El bufete de abogados Asrin solicita regularmente visitas para ver a sus clientes. Sin embargo, las autoridades turcas rechazan o ignoran estas solicitudes. La situación es similar con las solicitudes de visitas de familiares. Como manto legal para las injusticias en la isla del Mar de Mármara, la justicia turca suele recurrir a “medidas disciplinarias” arbitrarias impuestas a los presos. Durante mucho tiempo, las autoridades turcas incluso utilizaron la “Hoja de ruta para las negociaciones” presentada por Öcalan ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) en 2009 como justificación de la prohibición de visitar al equipo jurídico.
Abiertas violaciones de la ley
La prohibición de las visitas de abogados a la prisión de Imrali viola abiertamente las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas Nelson Mandela) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), actualizadas en 2015, las Recomendaciones del Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa y la Ley turca de Ejecuciones (Ley n.º 5275). Los Estados están obligados a garantizar el ejercicio de los derechos de los presos, presas, condenados y condenadas sin tener en cuenta su identidad o la calidad de su castigo. Sin embargo, la justicia turca no está dispuesta a corregir las condiciones inhumanas de reclusión en Imrali y sigue tratando a los presos según la ley del enemigo.