Un periodista en prisión escribe sobre la violación de derechos en la cárcel de Adana

Fatih Özgür Aydın, redactor jefe de la revista del Frente de Trabajadores Públicos, padece una enfermedad de crohn crónica. Está encarcelado en la cárcel F de Adana y ha escrito sobre las violaciones de derechos a la Asociación de Periodistas Dicle Firat.

Fatih Özgür Aydın, de 41 años de edad y redactor jefe de la revista del Frente de Trabajadores Públicos, padece una enfermedad de crohn crónica. Se encuentra preso en la cárcel de tipo F de Adana.

En una carta que escribió a la Asociación de Periodistas de Dicle Fırat (DFG), enumeró varias de las violaciones de derechos que sufren en prisión.

En la carta decía: “Muchos de nuestros trabajadores y trabajadoras de prensa y colegas fueron torturados, detenidos y encarcelados. El gobierno del AKP utiliza todos los medios para impedir que se informe sobre el hambre, la pobreza y la injusticia. La ‘Ley de Censura’ es otra prueba de su desesperación. Antes lo intentaron de muchas maneras, pero no pudieron conseguir lo que querían. Ni las Leyes de Censura, ni las detenciones, ni la desinformación que llevan a cabo a través de la Dirección de Comunicación funcionarán. El público tiene derecho a acceder a las noticias correctas, y los verdaderos periodistas siempre encontrarán su camino”.

Afirmando que el informe de la DFG titulado “Periodismo entre cuatro paredes” no le fue entregado por la administración penitenciaria a pesar de solicitarlo, Fatih Özgür Aydın pasa a describir las violaciones de derechos en la prisión. Escribe sobre la “imposición por parte de la gendarmería del ‘registro bucal’ durante las derivaciones al hospital/tribunal” y dice que “como no aceptamos esta ilegalidad y arbitrariedad, no nos derivan al hospital/tribunal”.

Aydın añade que “se nos impide comprar artículos de papelería enviados por nuestras familias en paquetes. Tampoco se nos da el material que ha llegado antes y que está en el almacén. La administración de la prisión tampoco nos da nuestros libros. Los paquetes enviados por nuestras familias antes se abrían bajo nuestra supervisión y con nuestra aprobación, y ahora se abren sin nuestra aprobación y no en nuestra presencia. La cantidad de agua caliente-fría por día ha sido limitada y básicamente se nos pide tanto que nos duchemos como que lavemos nuestra ropa con un cubo de agua caliente”.

Aydın termina su carta de la siguiente manera: “Queridos amigos y amigas, estamos experimentando muchos problemas aparte de estos, por supuesto. Nuestra lucha legal y de facto continúa”.