Las presas políticas kurdas Warisha Muradi y Pakhsan Azizi están recluidas en la prisión de Evin, en Teherán. Las dos activistas han sido condenadas a muerte y las autoridades iraníes les niegan constantemente derechos como el tratamiento médico y las visitas de sus abogados y familiares.

Pero según los últimos informes, el 22 de diciembre se permitió por fin a ambas presas reunirse con sus familias. Las reuniones duraron, cada una respectivamente, una hora.

Noticias relacionadas: