El ministro del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Británicas, Mark Lancaster, ha informado a los parlamentarios de que los reservistas se desplegarán “en todo el Reino Unido” a medida que Gran Bretaña se acerque a su salida de la Unión Europea, llevándose consigo a Irlanda del Norte.

Un número desconocido de refuerzos se desplegarán en Irlanda a principios de febrero.

De acuerdo con el ministro, su rol será "proteger el bienestar, la salud y la seguridad de los ciudadanos del Reino Unido y la estabilidad económica del país”.

Han habido fuertes críticas hacia este movimiento desde las dos islas.

El parlamentario del partido laborista por el sur de Edimburgo (Escocia), Ian Murray, ha dicho que resulta “asombroso” que se estén activando los reservistas británicos por el riesgo a una crisis constitucional de propia creación del gobierno británico.

El diputado del Sinn Féin por South Down (Irlanda), Chris Hazzard, ha dicho que esto demuestra lo caótica que se ha vuelto la política británica con el Brexit. “Ningún gobierno puede afirmar seriamente que una política que requiere del despliegue de los soldados en las calles sea buena”.