Cada vez más yazidíes desplazados de Shengal durante el ataque genocida de ISIS en agosto de 2014 están regresando a casa.

Ayer, 42 familias que vivían en el campamento de Çem Mişko, en la ciudad de Duhok, en la región del Kurdistán iraquí, regresaron a sus hogares después de 11 años. Las familias que regresaron, compuestas por 163 personas, se establecieron en el subdistrito de Digur y en las aldeas de Sêkêniye y Rembûsî. Se espera que muchas más familias regresen a sus hogares en los próximos días.

Se informa que más de 140 mil desplazados internos de Shengal se encuentran en campamentos en el sur del Kurdistán (norte de Irak).

Si bien la Administración Autónoma de Shengal ha pedido reiteradamente el regreso de quienes viven en campamentos a sus tierras, el Gobierno Regional del Kurdistán no permitió que los desplazados internos regresaran a sus tierras durante mucho tiempo.

Hace unos días, se produjo un incendio en una tienda de campaña que albergaba a una familia yazidí en el campamento de Xankê, en Duhok. Una mujer y sus cuatro hijos sufrieron quemaduras graves como consecuencia del incendio. La mujer yazidí, llamada Înas Dexîl Hemo, murió tras dos días de tratamiento en el servicio de urgencias de Duhok. Sus hijos siguen recibiendo tratamiento y, según se informa, dos de ellos se encuentran en estado grave.

Contexto

La ciudad de Shengal (Sinjar), en la región del Kurdistán iraquí, es el último asentamiento continuo de la comunidad yazidí. Miles de yazidíes fueron asesinados y miles de mujeres y niños fueron hechos prisioneros en el ataque del 3 de agosto de 2014 en Shengal por militantes del ISIS. Mientras el ISIS comenzaba a asesinar a yazidíes en Shengal, los peshmerga se marcharon, dejando a los yazidíes atrás, desprotegidos. Las guerrillas de las HPG (Fuerzas de Defensa del Pueblo) y las YJA Star (Tropas de Mujeres Libres) y los combatientes de las YPG (Unidades de Defensa del Pueblo) y las YPJ (Unidades de Defensa de las Mujeres) acudieron en ayuda del pueblo yazidí frente a la agresión del ISIS. Gracias a una lucha desinteresada que duró meses, la ciudad fue liberada el 13 de noviembre de 2015. Después de la liberación de la ciudad, las HPG y las YPG/YPJ se retiraron posteriormente en 2017. La gente que regresó a su tierra después de la independencia de Shengal se reformó, estableció unidades defensivas y construyó sus instituciones.