7 helicópteros irrumpieron en la casa de dos ancianos en Lice

Con siete helicópteros, el ejército turco aterrizó en una aldea en Lice para arrestar a un hombre buscado por presuntos "cargos de terrorismo". Como no lo encontraron, los soldados maltrataron a sus padres de 66 y 78 años.

El pueblo de Nenyas (turco: Ortaç) en Lice, un distrito en la provincia de Amed (Diyarbakir) en el norte de Kurdistán, fue colonizado exclusivamente por armenios a principios del siglo XX. Casi 10.000 armenios habían vivido en Nenyas y en otras 32 aldeas en y alrededor de Lice hasta el genocidio, en el que más de 1.5 millones de armenios, pónticos-griegos y otros cristianos fueron asesinados entre 1915 y 1918 en el entonces Imperio Otomano. Además de un monasterio, también había 24 iglesias armenias en la zona. Hoy no queda nada de eso. Los armenios ya no viven en la región.

Desde el verano pasado, Nenyas ha sido repetidamente escenario de demostraciones de poder del ejército turco. Como la semana pasada el día jueves, cuando siete helicópteros militares con grupos de JÖH (Operaciones Especiales de Gendarmería) aterrizaron en el centro del pueblo y rodearon la casa de una pareja de ancianos. Oficialmente, para arrestar al hijo de Zinnet Yıldırım, de 66 años, y de su esposo Yemlihan Yıldırım, de 78 años. La redada se llevó a cabo bajo una presunta orden de arresto contra el padre de cuatro hijos, en relación con una investigación acusada de "pertenecer a una organización terrorista". 

Yemlihan Yıldırım informó recientemente sobre la última redada, ya que hubo tres anteriores, que estuvo marcada por la violencia y la tortura, a la asociación de derechos humanos IHD. El hombre contactó a la organización para obtener la asistencia legal necesaria. Además de su compromiso para la observancia de los derechos humanos en el norte de Kurdistán y Turquía, donde las violaciones de los derechos humanos son parte de la vida cotidiana, IHD ve otra tarea central en anclar los derechos humanos en la conciencia de las personas y construir una cultura para su defensa.

"Era temprano en la mañana alrededor de las 6.30, cuando los soldados bajaron de siete helicópteros. Alrededor de dos horas después, rodearon nuestra casa y pidieron primero a mi esposa y luego a mí que saliéramos de la casa. Lo hicimos. Los soldados nos dijeron que harían una redada. Estuve de acuerdo y seguí. Mientras estaba en la puerta, les pedí a los soldados que se quitaran las botas. Dos de ellos estaban a punto de hacerlo cuando su comandante intervino y dio la orden de que la incursión sería llevado a cabo con botas. Toda la casa quedó cubierta de barro".

Mientras registraban la casa el comandante militar le preguntó a Yıldırım si era musulmán: "Esto me molestó por completo. Respondí con dureza que era armenio y le pregunté si sabía lo que significaba ser musulmán. Señalé la destrucción que los soldados estaban causando en mi casa y le pregunté al comandante si eso era compatible con el valores morales del Islam de algún modo. No importa qué afiliación étnica o religiosa tenga una persona. Lo que está haciendo está mal, les dije".

Yemlihan Yıldırım fue abofeteado por el comandante de las unidades JÖH. "Mi gorra cayó al suelo. Fui golpeado nuevamente cuando traté de levantarla. Le pregunté si no estaba avergonzado de usar la violencia contra mí. Después de todo, era tan viejo como su padre. Antes incluso de haber terminado de hablar, me abofeteó cinco veces más".

Según su esposo, Zinnet Yıldırım recibió tres golpes en el pecho con un rifle de parte de un miembro del ejército. El soldado amenazó con matarla e incendiar su casa si no revelaba el paradero de su hijo. "Mi esposa está enferma y frágil", explicó Yıldırım y agregó; "Sin embargo, tuvo que soportar este ultraje. También nos amenazaron con la matar a nuestro hijo".

Después de la redada en la casa, también se registró el establo de animales adyacente. Los soldados dieron vuelta todo e incluso hurgaron en las cosas de alimentación, a veces tirándolas al suelo. "Traté de resistirme. Los soldados amenazaron con arrestarme. 'No tengo miedo, llévame contigo o mátame ahora, pero deja de tratarnos sin dignidad', dijo Yıldırım y agregó: "Esta es la tercera vez que  nuestra casa es atacada y que somos tratados de esta manera. Es suficiente. Esta opresión finalmente debe llegar a su fin".