Al menos nueve civiles fueron asesinados tras el acuerdo Ankara-Bagdad-KDP

Civiles están siendo masacrados en los ataques llevados a cabo por Turquía con la aprobación de Irak y el KDP. Todos los ciudadanos que son objeto de los ataques, incluidos niños, son kurdos que tienen identidad iraquí y viven en la región del Kurdistán.

ATAQUES TURCOS

Tras el Memorando de Entendimiento Militar firmado entre Ankara y Bagdad el 15 de agosto con la complicidad del KDP, el Estado turco ocupante intensificó sus ataques contra civiles.

Tras el acuerdo, al menos nueve civiles murieron y otros nueve resultaron heridos en los ataques llevados a cabo por el Estado turco en el sur del Kurdistán (norte de Irak).

Mientras que las agresiones de Turquía contra civiles en menos de un mes provocaron reacciones nacionales e internacionales, las autoridades del gobierno regional iraquí y del Kurdistán han permanecido en silencio.

En los continuos ataques en las zonas rurales de Sulaymaniyah y Duhok murieron muchos civiles, incluidos niños y mujeres.

El 3 de septiembre, el Estado turco ocupante lanzó un ataque de artillería contra la aldea de Merge Hewş, en la meseta de Sinînê, en el distrito de Sîdekan, en la región de Biradost de Hewlêr (Erbil). En el ataque murió un ciudadano llamado Bedi Kemal Muhammed.

El 4 de septiembre, un vehículo aéreo no tripulado turco bombardeó un vehículo en la carretera Xelekan-Kaniwatman, en el distrito de Dukan, en Sulaymaniyah. Muzaffer Hussein Xidir y sus dos hijos, Muhammad Muzaffer (15) y Mubin Muzaffer (12), que eran de Haji Awa, murieron en el ataques.

El 5 de septiembre, el Estado turco ocupante atacó con un vehículo no tripulado otro vehículo civil en la aldea de Hermêle, en el subdistrito de Çiwarta, en el distrito de Şarbajêr de Sulaymaniyah. En este brutal ataque murieron tres personas, entre ellas un niño.

Más recientemente, el 10 de septiembre, una casa en el campo de refugiados de Şehit Rustem Cudî, en Makhmur, fue bombardeada por Turquía, hiriendo a tres mujeres.

Desde principios de 2023, al menos 20 personas han perdido la vida y otras tantas han resultado heridas en los ataques. Además, se han establecido muchas nuevas bases de ocupación y los habitantes de cientos de aldeas se han visto obligados a emigrar. Se han destruido viñedos y huertos de los habitantes de las aldeas y se han atacado y dañado infraestructuras civiles.