Más de 20 civiles murieron a consecuencia del bombardeo turco en el territorio del Kurdistán meridional desde julio de 2017. Diez de ellos fueron asesinados la semana pasada en ataques de aviones de guerra turcos, en el campo del distrito Amadiya de Duhoq.
En declaraciones a la agencia de noticias Roj, el jefe de la oficina Sheladize de PUK, Ferec Rekani, dijo que no había presencia militar del PKK u otras organizaciones en las áreas apuntadas por Turquía.
"Hace algún tiempo el ejército turco está atacando a nuestros ciudadanos civiles, y ha matado alrededor de 10 personas recientemente. Las áreas bombardeadas por jets turcos no son zonas militares, están habitadas por población civil", dijo Rekani.
Según Rekani, funcionarios de la PUK advirtieron a los funcionarios turcos contra los ataques contra civiles y exigieron el fin del bombardeo de la región. Turquía siguió atacando a la zona rural de Sheladize.
Rekani pidió apoyo a la población afectada por los atentados y dijo que se deberían realizar manifestaciones y protestas contra los ataques turcos.
El funcionario del PUK también pidió a las Naciones Unidas que inicien una investigación, y al gobierno kurdo federal les pidió que rompan su silencio, y protesten contra el estado turco.
Turquía sigue atacando a guerrilleros kurdos, y a la población kurda que vive en Zonas de Defensa Medya, controladas por el PKK.
Las organizaciones de derechos humanos del Kurdistán Meridional acusan a Turquía de tratar de despoblar la región atacando al azar a civiles.
El gobierno de Erdogan lleva adelante una política de negación con respecto a los ataques que causan víctimas civiles en el sur de Kurdistán. Ankara nunca aceptó su papel en tales bombardeos.