KDP se niega a combatir los incendios en los pueblos bombardeados

Los incendios provocados por los ataques selectivos del ejército turco llevan días ardiendo en el Kurdistán Sur. Los dirigentes políticos se niegan a luchar urgentemente contra los incendios y la población está indefensa ante lo que está ocurriendo.

Invasión turca

Decenas de incendios arden desde hace días en la Región del Kurdistán iraquí (KRI) a consecuencia deliberada de los ataques del ejército turco. Los pueblos más afectados son los de la zona rural del distrito de Amêdî, que las tropas gubernamentales de Ankara han estado utilizando como base para la invasión del Kurdistán Sur desde la ampliación de su operación de ocupación en curso hace tres semanas. Los incendios están fuera de control en muchos lugares, ya que las autoridades de la gobernación de Duhok no prestan servicios de extinción y los intentos de los voluntarios de apagar los fuegos se ven impedidos constantemente.

En Mijê, Kevne Mijê y Spîndarê, donde arden incendios en muchos lugares desde el viernes, pequeños grupos de cinco o seis lugareños consiguieron con gran esfuerzo superar el perímetro y combatir las llamas, al menos en parte. Sin embargo, los incendios controlados volvieron a recrudecerse el domingo después de que el ejército turco lanzara nuevos ataques contra las aldeas. Las llamas se propagan ahora a un ritmo peligroso y devoran más tierras de cultivo y bosques. Varias casas de Mijê, Kevne Mijê y Spîndarê ya han sido devoradas por las llamas.

Mientras muchas personas huyen y otras se ven impotentes ante lo que está ocurriendo, en parte debido a la inacción de los responsables de la gobernación de Duhok, gobernada por el Partido Demócrata del Kurdistán (KDP) de Barzanî y a la que pertenece administrativamente Amêdî, las autoridades reaccionan con notable impasibilidad a las peticiones de medidas contra el fuego. Aunque el uso de helicópteros y vehículos blindados de extinción de incendios sería crucial para luchar contra el fuego, incluso los camiones de bomberos y otros vehículos de emergencia están siendo retenidos por el KDP y sus autoridades, que colaboran con Ankara. Sobre el terreno se teme que, debido al calor reinante en el lugar, también exista el riesgo de que exploten municiones sin detonar y otros artefactos del ejército turco y los centros de los distritos ardan pronto en llamas.

Fuentes de fuego en Amêdî capturadas por drones de la guerrilla kurda © HPG

El uso del fuego como arma y la destrucción de la naturaleza forman parte de la guerra turca en el Kurdistán. Durante décadas, el Estado turco se ha centrado en hacer inhabitables zonas y desplazar a la población kurda de sus pueblos de esta forma, no sólo dentro de las fronteras del Estado turco, sino también en las regiones kurdas de Irak o Siria. El ejército y el Estado turcos ya presentaron el ecocidio como una medida de seguridad necesaria durante el genocidio de Dersim en 1937/38 para impedir "actividades terroristas" y proteger las fronteras del país. Ahora, el Kurdistán Sur está gravemente amenazado por la destrucción ecológica del gobierno turco.


         


       

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