El periodista kurdo Bayram permanecerá en prisión

El empleado del periódico "Yeni Yaşam", encarcelado desde marzo, está acusado de presunta pertenencia al PKK y se enfrenta a una pena de hasta 15 años de cárcel en Turquía.

El periodista kurdo Hamdullah Bayram debe permanecer en prisión. Un tribunal penal de Urfa (Riha) rechazó el lunes la petición de su abogado defensor, Resul Temur, de revocar la orden de detención y poner en libertad al empleado del diario Yeni Yaşam. La razón aducida fue el riesgo de fuga.

Hamdullah Bayram está en prisión desde marzo, sospechoso de pertenencia al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y presunto apoyo a la organización.

El PKK nació en su día con la idea de plantarse ante el genocidio kurdo llevado a cabo por el Estado turco, ejerciendo una autodefensa del pueblo kurdo desde entonces y frenando así las atrocidades cometidas contra él. A lo largo de los últimos años, el PKK ha abogado en repetidas ocasiones por un proceso de paz que el Estado turco ha insistido en vetar e incluso, una vez conseguido, romper. Las guerrillas del PKK son el único muro contra la aniquilación de los kurdos y toda su cultura en el Kurdistán turco y el Kurdistán iraquí, donde el Estado turco también mete mano, y bajo distintas siglas en el Kurdistán sirio, también en parte ocupado por Turquía, y el Kurdistán iraní, donde el propio Estado iraní ejerce su propias políticas de aniquilación contra los kurdos y las kurdas.

El abogado defensor de Hamdullah Bayram afirmó que las acusaciones contra su cliente están relacionadas con su trabajo en favor de la prensa kurda libre.

El juicio contra Bayram se ha paralizado, porque éste y otro caso contra los kurdos se fusionaron en una sola causa. Poco después de su detención, Bayram fue incluido como un sospechoso más en un caso contra once colegas, nueve de los cuales permanecieron en prisión preventiva durante siete meses por acusaciones de "terrorismo". El segundo caso se refiere al trabajo de Bayram para el periódico Özgürlükçü Demokrasi, prohibido por decreto estatal. Se le acusa de seguir distribuyendo en Turquía periódicos y revistas publicados ilegalmente.

La base de las acusaciones contra Bayram en ambos procesos son artículos que tratan de acontecimientos políticos en el Kurdistán, y las declaraciones del testigo anónimo "K8Ç4B3L1T5", que declaró en un juicio anterior que era agente del Estado en la agencia de noticias Mezopotamya (MA). Una parte importante de la acusación consiste también en declaraciones sobre el PKK y su organización paraguas KCK (Comunidad de Sociedades del Kurdistán). La fiscalía solicitó una pena en la franja superior y pidió una condena según el artículo 314/1 del Código Penal turco por todo ello. En consecuencia, Bayram se enfrenta a una pena de prisión de entre siete años y medio y quince años si es declarado culpable.

Está previsto que el juicio continúe el 23 de octubre. Debido a la programación de una fecha cercana, el tribunal ordenó que el periodista fuera recluido en la cárcel de alta seguridad de Urfa, en lugar de devolverlo a la prisión de Sincan, cerca de Ankara, donde permanece preso desde la primavera.

Represión contra periodistas

Represión estatal, acusaciones de supuesto apoyo al terrorismo o de insultar al presidente, trabas a la investigación y amenazas en la calle: todo esto forma parte de la vida cotidiana de los periodistas de la prensa libre en Turquía. Cualquiera que informe desde las regiones kurdas del país está sometido a una especial observación por parte de las autoridades y la justicia. Según un informe de la asociación de periodistas Dicle Fırat Gazeteciler Derneği (DFG), a 3 de septiembre había al menos 59 periodistas en las cárceles turcas. Esto significa que Turquía sigue siendo una de las mayores cárceles del mundo para los profesionales de los medios de comunicación.

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