Sara Kaya, una política kurda encarcelada en Turquía, dio positivo por coronavirus. Se sospecha que la mujer de 51 años pudo haber contraído la enfermedad durante un viaje al hospital. Durante los últimos tres meses, Kaya ha estado en la sala de cuarentena de la prisión en Tarsus, en el sur de Turquía, donde fue trasladada a fines de 2019.

Debido a una enfermedad cardíaca y de la presión arterial, debe ser tratada regularmente en un hospital. Durante los viajes, tiene contacto con soldados y guardias. Sus abogados ahora quieren obtener la liberación de la prisión, pero en vista del poder judicial controlado, ven pocas posibilidades.

Sara Kaya fue co-alcaldesa del distrito Nusaybin de Mardin. En 2016, fue depuesta por instigación del Ministerio del Interior de Turquía, seguido de su arresto en enero de 2017. En junio de 2020, la política fue condenada a 16 años de prisión en un juicio artificial por pertenencia a una organización terrorista, incitación a la personas y abuso del cargo.

Durante más de un año, la pandemia ha dominado la vida cotidiana de personas de todo el mundo, incluida Turquía. Gran parte de la población está insatisfecha con la gestión de crisis del gobierno de Recep Tayyip Erdogan. Las condiciones en las cárceles, donde el virus ha estado desenfrenado desde el comienzo de la pandemia, también son criticadas con frecuencia. 

Las organizaciones de la sociedad civil informan sobre miles de personas contagiadas, especialmente entre los presos políticos, en las 372 cárceles del país. La autoridad penitenciaria de Turquía, CTE, guarda silencio sobre el alcance real de la situación del coronavirus tras las rejas y minimiza las cifras.