Relatoras de ONU envían opinión experta al Consejo de Estado de Turquía sobre Convenio de Estambul

Instaron al Consejo de Estado de Turquía a revisar cuidadosamente y reconsiderar su decisión de primera instancia, lo que allanó el camino para el pronto regreso de Turquía como signatario de la Convención de Estambul.

Las relatoras de las Naciones Unidas (ONU) enviaron una opinión experta al Consejo de Estado de Turquía sobre la retirada de este último del Convenio de Estambul.

Suscrito por Reem Alsalem, Relatora Especial sobre la violencia contra las mujeres y las niñas, sus causas y consecuencias (SRVAW); Melissa Upreti, Presidenta-Relatora del Grupo de Trabajo sobre discriminación contra mujeres y niñas (WGDAW), y Gladys Acosta Vargas, Presidenta del Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), la opinión experta recordó que Turquía fue el primer país en firman (el 11 de mayo de 2011) y ratifican (el 14 de mayo de 2012) el Convenio de Estambul, el único acuerdo internacional que define explícitamente la violencia contra la mujer y proporciona un marco integral para prevenirla violencia, incluida la doméstica.

La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) es otra fuente importante de obligaciones internacionales de derechos humanos sobre la igualdad de género y la eliminación de la violencia de género contra las mujeres y las niñas. Turquía se adhirió a la misma el 20 de diciembre de 1985. Según Según el artículo 2 de la CEDAW, el estado turco tiene la obligación fundamental de condenar la discriminación de la mujer en todas sus formas y de “aplicar por todos los medios apropiados y sin demora” una política para eliminar la discriminación contra ella, tomando, entre otras cosas, “todas las medidas apropiadas, incluso legislación, para modificar o derogar leyes, reglamentos, usos y prácticas existentes que constituyan discriminación contra la mujer”.

En el informe se señala que Turquía ha logrado avances importantes en la mejora de sus marcos legislativos y políticos nacionales para abordar la discriminación contra las mujeres y prevenir y responder a la violencia contra las mujeres y las niñas. "Estamos firmemente convencidos de que el marco jurídico internacional de derechos humanos, del que Turquía es signatario y Estado parte (incluida la CEDAW, el Convenio Europeo de Derechos Humanos y el Convenio de Estambul), ha proporcionado a Turquía las herramientas necesarias sobre las que basar la desarrollo de leyes y mecanismos nacionales que sean compatibles con las obligaciones internacionales de derechos humanos en materia de igualdad de género y las hagan efectivas", agrega. No se puede subestimar el impacto positivo que ha tenido el Convenio de Estambul en el marco de derechos humanos del país.

El carácter específico e integral del Convenio de Estambul, así como su mecanismo de seguimiento, son algunas de las razones que han permitido a Turquía avanzar en la forma en que lo ha hecho. De igual manera, los avances y desafíos que los Estados partes del Convenio de Estambul realizan y que son monitoreados y evaluados de manera objetiva por la secretaría del GREVIO. Si bien estos avances han sido importantes, como demuestran los hallazgos de GREVIO, según el Comité de la CEDAW y la Relatora Especial de la ONU sobre la violencia contra la mujer, aún quedan desafíos.

El informe decía: “En marzo de 2021, notamos nuestra consternación porque los actores políticos en Turquía habían expresado su preocupación de que la Convención de Estambul ´amenazaba a la familia´, en una interpretación errónea del término género, utilizado en la Convención. Por el contrario, explicamos que la Convención brinda a los Estados miembros herramientas para proteger mejor a las mujeres y las niñas, y sus derechos humanos. Por lo tanto, nos preocupa profundamente que la retirada de Turquía del Convenio de Estambul haya servido para debilitar su determinación como Estado y como sociedad en su lucha contra la discriminación y la violencia contra las mujeres y las niñas, haciendo retroceder los avances que el país ha logrado para garantizar la igualdad y la no discriminación para todos, incluidas las mujeres y las niñas.

En este sentido, consideramos profundamente lamentable que el Gobierno de Turquía no haya intervenido antes para evitar las crecientes campañas de desinformación en torno al Convenio de Estambul y que no haya habido esfuerzos posteriores para explicar suficientemente el impacto que ha tenido en la legislación nacional de Turquía. Esto permitió que algunos grupos malinterpretaran el objetivo y el alcance de la Convención como incompatibles con los valores sociales y familiares turcos. Estos grupos han interpretado erróneamente el término ´género´ y ´violencia de género´. El Convenio de Estambul sigue las definiciones acordadas internacionalmente para estos términos, que se incluyen en otros tratados internacionales y documentos de derechos humanos sobre la violencia contra la mujer. En su artículo 4, el Convenio de Estambul insta a las partes del Convenio a implementarlo sin discriminación por ningún motivo, incluido el género. No promulga ni aboga por ninguna ideología de género u orientación sexual en particular. El deber de no discriminar por ningún motivo es un principio fundamental de los derechos humanos y está consagrado en muchos de los tratados de los que Turquía es parte, incluida la CEDAW, así como en su propia Constitución”.

Turquía continúa tratando los problemas de violencia contra las mujeres y los niños bajo el paraguas más amplio de la “familia” y como parte de la “protección" de la misma, señaló el informe. Durante su visita oficial a Turquía en julio de 2022, la Relatora Especial sobre la violencia contra las mujeres y las niñas expresó su preocupación por este enfoque, ya que socava la identificación efectiva de los riesgos de violencia que enfrentan las mujeres y los niños como individuos, incluso dentro de sus propias familias. 

“Además, y en el transcurso de la visita antes mencionada, la Relatora Especial sobre la violencia contra las mujeres y las niñas escuchó múltiples relatos de cómo los perpetradores de violencia, en particular la ocurrida en la pareja, se sintieron envalentonados por la retirada del Convenio de Estambul, creyendo que ya no tendrían que rendir cuentas por sus crímenes. De manera similar, aquellos miembros de los cuerpos de seguridad y del poder judicial, que tienen prejuicios de género preconcebidos, ahora se basan en la retirada como una legitimación de sus tendencias a no investigar ni enjuiciar actos de violencia o amenazas de violencia contra mujeres y niñas. También hemos recibido informes de que la retirada del Convenio de Estambul puede haber creado confusión entre algunas partes interesadas en cuanto a la legalidad y la aplicabilidad continua de disposiciones clave dentro de la Ley nacional para proteger a la familia y prevenir la violencia contra la mujer (Ley 6284) del país. Dado que la Ley 6284 se basa en el Convenio de Estambul, su impacto será limitado, si no se aplican todas sus disposiciones. Combinado con la retirada de Turquía de la Convención de Estambul, esto puede servir para elevar los niveles de impunidad por la violencia de género a nuevos niveles alarmantes”, agrega el informe.

Como señaló el Comité de la CEDAW en sus Observaciones Finales sobre el octavo informe periódico de la República de Turquía de julio de 2022, el retiro del Convenio de Estambul no solo es “una medida regresiva que reduce el alcance de la protección de los derechos humanos de las mujeres” sino que también es “incompatible con las obligaciones de diligencia debida del Estado parte en virtud de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer para defender los más altos estándares de derechos humanos de las mujeres y las niñas”. 

En concreto, el Comité recuerda "el principio de indivisibilidad y universalidad de los derechos humanos consagrado en la Declaración y el Programa de Acción de Viena de 1993, y anclado en la Convención, el Comité invita al Estado parte a reconsiderar su decisión de retirarse, que debilita aún más la protección de las mujeres y las niñas, las priva de los derechos adquiridos y contrasta con las normas y los principios mencionados del derecho internacional de los derechos humanos".

“Más preocupante para nosotras es el hecho de que el retiro de la Convención de Estambul sirve para amenazar potencialmente la implementación de la CEDAW por parte de Turquía y la adhesión a otros tratados y obligaciones fundamentales que rigen la protección de mujeres y niñas, como la Convención del Consejo de Europa sobre la Protección de Niños contra la Explotación y el Abuso Sexual (Convención de Lanzarote), bajo el mismo pretexto de que promueven valores incompatibles con la sociedad turca”, señalaron las relatoras de la ONU.

Otros aspectos destacados del informe incluyeron:

“Como ha demostrado el diálogo con el Comité CEDAW, junto con los hallazgos preliminares de la visita al país que realizó recientemente la Relatora Especial de la ONU sobre la violencia contra las mujeres y las niñas a Turquía, el país continúa lidiando con manifestaciones graves y múltiples de la violencia contra las mujeres y las niñas, cuyas causas interseccionales y múltiples continúan persistiendo y proliferando, incluidas, entre otras, los estereotipos patriarcales arraigados sobre los roles de las mujeres y los hombres en la sociedad; la falta de medidas efectivas de prevención y protección para mujeres y niñas en riesgo de sufrir violencia doméstica o que la sufren; los preocupantes fenómenos del matrimonio forzado y precoz; el grave pero poco denunciado problema de la trata de mujeres y niñas con múltiples fines, incluidos la explotación y el abuso sexuales; la violencia que experimentan las mujeres pertenecientes a minorías específicas, como las que están en la política, las mujeres LGBTI y las presas en las cárceles; y las importantes barreras que experimentan muchas  para acceder a los servicios y el apoyo, incluidas las de habla kurda, las migrantes y refugiadas, entre otras.

Además, ya pesar de que se carece de datos adecuados sobre el nivel de violencia, incluidas las tasas de feminicidios o asesinatos relacionados con el género, los datos disponibles muestran niveles preocupantes de violencia de género. Según fuentes gubernamentales, en Turquía se han denunciado al menos 3.175 feminicidios entre 2010 y 2020 y más de 300 mujeres fueron asesinadas en 2021, en su mayoría a manos de sus parejas íntimas o exparejas o maridos o miembros de sus familias. Se estima que las cifras reales son mucho más altas, ya que existe un subregistro generalizado”.

En ese sentido, el Comité de la CEDAW “recomienda que el Estado parte mejore los mecanismos para monitorear la aplicación de las leyes que penalizan la violencia de género contra la mujer mediante la adopción de ´las reformas legislativas necesarias para tipificar específicamente la violencia doméstica y el feminicidio´". El Comité también insta al Estado parte actuar con prioridad en sus esfuerzos por enjuiciar y castigar adecuadamente todos los delitos cometidos en nombre del llamado "honor", “velar por que los suicidios, accidentes y otras muertes violentas de mujeres y niñas sean efectivamente investigados”. Específicamente, llama al Estado parte a “revisar sus estrategias para garantizar que todos los esfuerzos de recuperación de COVID-19, incluidas las medidas de emergencia, estén dirigidos a prevenir de manera efectiva la violencia de género contra las mujeres y las niñas”, entre otros.

Las firmantes del presente dictamen reiteran la necesidad de garantizar la libertad de expresión y de las actividades legítimas de las defensoras de derechos humanos, incluyendo la lucha contra el feminicidio y los llamados “crímenes de honor”, ​​a favor de la Convención de Estambul y contra la retirada de la msima. La recomendación del Comité CEDAW en esta dirección requiere pasos prioritarios para su implementación.

Las áreas antes mencionadas plantean una grave preocupación y la implementación de las recomendaciones de acción pertinentes por parte del Gobierno de Turquía están estrechamente relacionadas con las garantías de los derechos de la mujer previstas en el Convenio de Estambul.

"Finalmente, deseamos señalar que dado que es el parlamento turco el que ratificó el Convenio de Estambul, habríamos esperado que la retirada se hubiera producido por una decisión del mismo parlamento. Si bien este es un asunto interno que debe resolver la democracia turca, deseamos expresar nuestro pesar de que no se haya llevado a cabo un debate parlamentario más amplio o una consulta con la sociedad civil y otras partes interesadas antes de la retirada", indicaron.

No es demasiado tarde para que Turquía cambie el rumbo y esté en el lado correcto de la historia. Como afirmó la Relatora Especial sobre la violencia contra las mujeres y las niñas al concluir su visita a Turquía, “en muchos sentidos, Turquía se encuentra en un momento importante de su historia. Puede optar consciente y deliberadamente por proteger los logros obtenidos en la promoción de los derechos de las mujeres y las niñas, o correr el riesgo de dar marcha atrás en este importante progreso y dejar atrás a sus mujeres y niñas”.

"Por lo tanto, instamos al Consejo de Estado a revisar cuidadosamente y reconsiderar su decisión de primera instancia que confirmó la Decisión No. 3718 del Presidente de la República y allanó el camino para el pronto regreso de Turquía como signatario de la Convención de Estambul”, concluyeron.