Los ataques llevados a cabo por el Estado turco contra el norte y el este de Siria fueron protestados por un grupo de kurdos cerca del edificio de Naciones Unidas en Nueva York.

Los activistas portaban pancartas exigiendo la declaración de una "zona de exclusión aérea".

En la declaración realizada durante la acción, los activistas condenaron el silencio internacional contra los ataques de invasión contra Rojava.

La declaración decía: "Madres y niños kurdos están siendo masacrados en Rojava. El mundo entero debería verlos".