La Comisión Electoral dijo en un comunicado el lunes por la mañana que la participación en las elecciones fue del 41%, sobre la base del 94% de las urnas abiertas.

En comparación con las anteriores elecciones generales, la tasa de participación parece haber disminuido aún más. Según los datos oficiales, la participación fue del 44,52 por ciento en las elecciones de 2018. Los opositores creen que la tasa de participación fue inflada en las declaraciones oficiales.

La Comisión Electoral declaró que votaron 9.077.779 personas. La participación electoral en Bagdad oscila entre el 31 y el 34 por ciento.

Alrededor de 25 millones de votantes de todo el país estaban llamados a las urnas para elegir entre 3.200 candidatos.

Viola von Cramon, jefa de la Misión de Observación de la Unión Europea, hizo una declaración mientras continuaba el recuento de votos el domingo, y subrayó que la participación fue muy baja.

"Este es un claro mensaje político, y sólo podemos esperar que sea escuchado por la élite política", dijo Cramon.

Según los observadores políticos, la gente no estaba convencida de que las elecciones fueran a traer un cambio real. En el país existen graves desigualdades debido a la guerra y a la corrupción endémica. Una parte importante de la población vive en la pobreza. Cientos de miles de millones de dólares se han evaporado en los últimos años debido a la corrupción.

Aunque se prevé que los bloques tradicionales mantengan su representación en el parlamento, habrá que formar alianzas si no hay una victoria clara. Los sondeos previos a las elecciones daban como favorito al ala leal al líder chiíta Muktada Sadr.