El filósofo esloveno Slavoj Žižek participó en el Día Mundial del Libro de Öcalan con una contribución en vídeo. “Es un honor para mí leerles dos pasajes del maravilloso y breve texto de Abdullah Öcalan “Cómo vivir, qué hacer, por dónde empezar”. Este texto habla directamente del problema fundamental al que nos enfrentamos todos hoy: ¿dónde nos encontramos con nuestra subjetividad, cuál es la auténtica posición subjetiva en el caos del mundo actual? Así que déjenme comenzar”, dice Žižek en el video, y continua leyendo el siguiente extracto:
“La pregunta de qué hacer fue respondida en detalle hace quinientos años: vivirás como un individualista, siempre pensarás en ti mismo, dirás: 'El único camino es el camino de la modernidad', y harás tu parte. El camino es claro, el proceso es claro: harás lo que hacen todos los demás. Si eres un jefe, obtendrás ganancias. Si eres un trabajador, exigirás salarios. Es una tontería buscar otras formas de actuar. Si insistes, el resultado es la exclusión del sistema. Desempleo, desesperación, decadencia. La vida se ha convertido en una terrible carrera de caballos. La primera respuesta común a las preguntas de cómo vivir, qué hacer y por dónde empezar debe estar dentro del sistema y sobre la base de la oposición al sistema. Pero oponerse al sistema desde dentro requiere un luchador por la verdad al nivel de los antiguos sabios, al precio de la muerte en cada momento. En cierto modo tiene que ver con cómo vives y por dónde empiezas: renunciarás a esta vida odiándola, como si te quitaras la camisa de fuerza que la modernidad lleva como una armadura. Si es necesario, limpiarás tu estómago, tu cerebro y tu cuerpo de esta vida dentro de ti vomitando a cada momento. Incluso si ella se presenta ante ti como la belleza del mundo, responderás vomitando lo que hay dentro de ti”.
Slavoj Žižek continúa: “Considero que este texto es algo que irradia y muestra una belleza casi metafísica. Una vez más da las coordenadas exactas de dónde nos encontramos. Vivimos en un sistema que se presenta como individualista: cada uno de nosotros debe vivir una vida única, no como la de los demás. Pero debajo de esta diversidad vana y vacía hay una similitud bastante aburrida. En la medida en que queramos funcionar como individuos únicos, somos como todos los demás. ¿Qué haremos? Öcalan ofrece aquí una metáfora maravillosa y precisa: vomitar el sistema. Esto no significa destruir toda la realidad y demás, sino más bien liberarnos en el centro de nuestra subjetividad de esta incrustación en las coordenadas ideológicas existentes en las que vivimos y que aceptamos como naturales.
Por eso me gustaría repetir una vieja frase que fue popular en mi juventud hace medio siglo. Una formulación de Herbert Marcuse: ‘La libertad es una condición de liberación. Para emprender el proceso de emancipación y liberación social, primero es necesario alcanzar este mínimo de libertad, lo que precisamente significa liberarse de todas las derrotas que regulan e impregnan nuestras vidas hoy.’
Es casi como si Öcalan, aunque es ateo como yo, estuviera parafraseando la idea más profunda de la antigua teología judía, es decir, que antes de que Dios creara el mundo, tuvo que crear el vacío mismo en el que luego colocaría las cosas que creó. Como materialista, como marxista, Öcalan dijo que antes de querer crear un nuevo mundo social, hay que escupir el orden existente. Hay que aceptar el vacío, liberarse de toda la inmensa presión del mundo en el que vivimos. Ésta es una maravillosa visión social y metafísica. Öcalan hizo muchos análisis sociales, muy penetrantes, pero en estos dos párrafos que les leí se obtienen, por así decirlo, las coordenadas metafísicas básicas de todo su compromiso. Y deberíamos seguirlo en esto”.
Noticias relacionadas: