A medida que cambia la dinámica en Oriente Medio, el profesor Hamit Bozarslan insistió en la necesidad de que los kurdos logren la integración interna y subrayó que la cuestión kurda no se limita a un solo país, sino que es un asunto regional que debe entenderse como tal.
En Turquía, los debates sobre la resolución de la cuestión kurda han resurgido después de que el líder del Partido del Movimiento Nacionalista (MHP), Devlet Bahçeli, estrechara la mano de diputados del Partido de la Democracia (DEM) y posteriormente hiciera un llamamiento en relación con el líder kurdo Abdullah Öcalan, encarcelado en duras condiciones desde hace 26 años.
En un momento en que el equilibrio de poder en Oriente Próximo está cambiando, ¿qué significado tiene la declaración de Bahçeli? ¿Busca realmente el Estado turco resolver la cuestión kurda, una cuestión que evita incluso nombrar? ¿Y qué significa que Bahçeli se dirija directamente a Öcalan? ¿Qué les espera a los kurdos en este nuevo cambio de la dinámica regional?
Para responder a estas preguntas, hemos hablado con Hamit Bozarslan, experto en Oriente Próximo y profesor de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París.
La primera parte de esta entrevista puede leerse aquí
Falta de transparencia
Destacando la falta de transparencia en los debates sobre la resolución de la cuestión kurda en Turquía, el profesor Bozarslan señaló: "La declaración de Bahçeli ha sido ampliamente debatida en Turquía, incluso dentro de los círculos kurdos. Analizar estos acontecimientos es muy difícil porque el mayor obstáculo es la falta de transparencia. ¿Quién participa en este proceso? ¿Qué actores forman parte de él? ¿Se representa a sí mismo el MHP o representa a otras fuerzas? ¿Cuáles son las tensiones dentro del AKP en relación con la cuestión kurda? No conocemos las respuestas a estas preguntas".
Resolver la cuestión kurda no es el verdadero objetivo
Bozarslan sugirió que los acontecimientos en Oriente Próximo podrían haber empujado a Bahçeli a hacer tal declaración, añadiendo: "Cuando Bahçeli hizo este llamamiento, la guerra en Líbano estaba en curso. El régimen de Assad aún no había caído. Existía la preocupación de que Israel pudiera intervenir en la cuestión kurda, lo que podría debilitar a Turquía. En lugar de permitir que Israel se encargara de esto, Turquía pensó que debía tomar el control. Esta idea se expresó también en las décadas de 1990 y 2000. La esencia de este enfoque y de estas declaraciones no es reconocer la cuestión kurda, sino enmarcarla como una cuestión turca. El objetivo principal es desactivar temporalmente las tensiones existentes".
Y continuó: "Lo que estamos viendo hoy es una continuación de este enfoque. ¿Persistirá esta postura tras la destitución de Assad? No lo sabemos. En cualquier caso, Estados Unidos y Europa apoyarían las negociaciones entre los kurdos y Turquía, y existe una expectativa similar entre los kurdos. Sin embargo, no hay una oposición real dentro de Turquía".
Negación de la legitimidad del pueblo kurdo
Bozarslan subrayó que las declaraciones de Bahçeli y la postura general sobre la resolución de la cuestión kurda distan mucho de reconocer la existencia de la cuestión kurda o la legitimidad del pueblo kurdo. Dijo: "Desde mi punto de vista, el principal problema no es si Öcalan participa en el Parlamento, sino si se reconocen la cuestión kurda y la legitimidad del pueblo kurdo. Si esto no ocurre, conducirá inevitablemente a nuevos problemas en el futuro. Estos llamamientos no significan en absoluto el reconocimiento de la cuestión kurda. Reconocer la cuestión kurda y la legitimidad del pueblo kurdo no se limita a Turquía. Debe reconocerse como una cuestión regional en Oriente Medio. Además, ni los kurdos sirios ni los kurdos turcos buscan la independencia. Si las intenciones son serias, se puede reconocer el estatus de Rojava".
La presión por la sumisión kurda al dominio turco suní
Bozarslan destacó la continua insistencia del Estado turco para que el pueblo kurdo se someta al dominio de la identidad turca suní, y dijo: "La postura actual es esencialmente ésta: 'Vale, existís, podemos aceptar vuestra presencia, y puede que se hayan cometido injusticias contra vosotros. Pero ahora tenéis representación en el Parlamento, tenéis un líder, y reconocemos todo esto. A cambio, debéis aceptar la autoridad de Turquía o la turquidad".
Esto fue precisamente lo que ocurrió en 2014 y 2015. Si nos fijamos en la retórica de Erdoğan y el AKP en aquel momento, la actitud del régimen era clara: 'Sí, reconocemos la existencia kurda. Estamos dispuestos a un proceso de paz. Incluso denunciamos opresiones pasadas, como la quema de pueblos, y admitimos que tenéis razón en esos asuntos. Pero ahora, debéis alinearos con las autoridades turcas suníes".
Rojava en el punto de mira por negarse a someterse
Según Bozarslan, el proceso de paz fracasó porque los kurdos sirios rechazaron esta imposición, lo que dio lugar a que Turquía adoptara una política hostil contra Rojava: "La cuestión fundamental es si los kurdos serán aceptados como kurdos o simplemente como una fuerza subordinada bajo control turco. Esta es mi interpretación de los recientes debates. Como he mencionado, dada la falta de transparencia y la ausencia de información concreta, no puedo ir más allá de estas valoraciones".
Reconocer la influencia de Abdullah Öcalan
Bozarslan considera el reciente llamamiento de Devlet Bahçeli dirigido al líder kurdo Abdullah Öcalan como un reconocimiento de la influencia de Öcalan: "Las declaraciones de Bahçeli demuestran un reconocimiento del poder simbólico de Öcalan. Exigir que el PKK deponga las armas carece de sentido, pues su lucha armada en Turquía se encuentra ahora en su nivel más bajo en décadas. Sin embargo, el PKK sigue siendo una fuerza simbólica y un punto de referencia central para el movimiento kurdo en Turquía. Del mismo modo, Öcalan es considerado un símbolo entre los kurdos".
La cuestión kurda: un desafío regional
Bozarslan afirmó que la cuestión kurda no se limita a Turquía, sino que es un asunto regional: "La presencia kurda en el Parlamento y las repetidas victorias electorales en los municipios, incluso bajo la constante amenaza de los fideicomisarios nombrados por el gobierno, demuestran que los kurdos no han sido derrotados. La comunidad kurda está muy concienciada, y su resistencia se ha desplazado a diferentes plataformas. La cuestión kurda es anterior al PKK y continúa hasta nuestros días. No es sólo una cuestión turca, sino regional. Esta perspectiva más amplia, sin embargo, está ausente de los debates de Bahçeli y el AKP".
La urgencia de la unidad kurda
Bozarslan subrayó la necesidad crítica de la unidad kurda en una época de dinámicas cambiantes en Oriente Próximo, y afirmó: "La cuestión principal no es qué les espera a los kurdos, sino qué tienen que hacer los kurdos. El papel de Estados Unidos, especialmente en Siria, será decisivo, pero los kurdos no pueden depender únicamente de actores externos. Los movimientos y actores kurdos deben evaluar críticamente sus propias acciones. La prioridad más urgente es fomentar la integración interna entre los kurdos.
La existencia del Kurdistán iraquí es en sí misma un milagro, sobre todo teniendo en cuenta las atrocidades de los años ochenta, como las operaciones Anfal y las quemas de pueblos. Sin embargo, el Kurdistán actual está dividido en dos bandos: uno temeroso de Irán y otro excesivamente cauto de Turquía. La integración entre estas facciones es vital. Del mismo modo, las relaciones entre el Kurdistán iraquí y Rojava deben mejorar. Aunque lograr una cooperación sin fisuras puede ser difícil, pueden tomarse medidas para mejorar los lazos, como la apertura de fronteras, el reconocimiento mutuo y la diplomacia conjunta. El futuro de la lucha kurda depende de que se aborden estos retos".
La estrategia de las milicias iraníes se derrumba
Bozarslan también comentó la tambaleante influencia regional de Irán, que tiene implicaciones para los kurdos, y dijo: «La estrategia iraní de mantener el dominio regional a través de sus milicias se ha derrumbado por completo en Yemen, Irak, Líbano y Siria. Este declive representa una pérdida significativa de legitimidad para el régimen iraní. Aunque no sea inminente una revolución completa o el colapso del régimen en Irán, es probable que se produzcan nuevos levantamientos.
En tales escenarios, el Kurdistán iraní desempeñará inevitablemente un papel importante. Lo vimos en 2022, cuando el lema «Jin Jiyan Azadî» (Mujeres, vida, libertad) del Kurdistán se convirtió en un grito de guerra en todo Irán. El Kurdistán también se convirtió en un punto de referencia para Baluchistán. A partir de este momento, los kurdos deben prepararse para diversos escenarios y contingencias».