Ebdullah: "Mi vida cambió después de conocer a Öcalan"

Mehmud Hecî Ebdullah trabajó como correo para el PKK en 1987, y la profunda conexión que estableció con Abdullah Öcalan entre 1991 y 1993 marcó su vida.

ÖCALAN

La lucha por la libertad del pueblo kurdo ha estado forjada por los sacrificios de innumerables héroes y de millones de madres y padres kurdos cuyos corazones laten con esperanza. Han soportado todo tipo de dificultades por el futuro de sus hijos y por la libertad de su pueblo. En esta lucha épica, Mehmud Hecî Ebdullah, antiguo correo del PKK, ocupa un lugar destacado.

 

Ebdullah nació en 1960 en el pueblo de Rihanikê, en Dêrîk (Rojava). Su profundo vínculo con su tierra y el anhelo de libertad que germinó en su infancia lo llevaron a convertirse en correo del PKK en 1987, una decisión que marcó un punto de inflexión en su vida. En 1991 y 1993, tuvo la oportunidad de conocer y dialogar con Abdullah Öcalan. Desde ese momento, se dedicó por completo a vivir conforme a la filosofía de Öcalan. Sus ideas y su ideología ardían como una antorcha en el corazón de Ebdullah, inspirándolo a luchar incansablemente por la libertad del pueblo kurdo. Hermano del mártir Dijwar Dêrîk, asesinado en 1987, asumió su legado y consagró su vida a la lucha por la libertad de su pueblo.

Impactado al ver a Öcalan en la puerta

Ebdullah recuerda con emoción el momento en que vio a Öcalan por primera vez en 1991:

"Viajamos a Damasco debido a los problemas de salud de mi madre. Antes de partir, informamos a nuestros compañeros, y uno de ellos nos dio una nota para facilitar nuestra estancia en la ciudad. Cuando llegamos al barrio de Rukneddin, no logramos contactar con las personas con las que debíamos alojarnos. Pregunté a un familiar suyo que estaba en la calle, y me dijo que la noche anterior, las fuerzas de seguridad del régimen baasista habían asaltado la casa y los habían detenido. Esta situación inesperada alteró nuestros planes.

La persona que nos informó de las detenciones nos llevó a otra casa, donde entregamos la nota que nos habían dado. Tras leerla, nos guiaron hasta otro lugar en el distrito de Zahira, en Damasco. Subimos hasta el tercer piso y, cuando nuestro acompañante llamó a la puerta, el propio Öcalan la abrió. Me quedé atónito. Öcalan tenía un gran respeto por mi hermano, el mártir Dijwar. Después de leer la nota, el amigo que la recibió le explicó la situación, mencionando que la madre de Dijwar estaba enferma. Al escucharlo, Öcalan expresó su deseo de conocernos. Saludó a mi madre besándole la mano. Como tenía visitas en ese momento, nos pidió que esperáramos y nos llevó a otra habitación.”*

Öcalan envió a mi madre a su médico personal

Después de que sus invitados se marcharan, Öcalan habló largamente sobre el mártir Dijwar, su pasión por la cultura y el arte, y su profundo vínculo con su tierra y su lengua y compartieron una comida:

"Él mismo sirvió la comida a mi madre e insistió en que yo bebiera ayran. Mostró un gran cuidado y atención. Cuando se levantó de la mesa para lavarse las manos, volvió con té para nosotros. Me conmovió profundamente este gesto. Después de todo, lo llamábamos ‘Líder’ y ‘Presidente’, y resultaba inusual ver a un líder sirviendo el té él mismo. Luego, se dirigió al compañero que nos había acompañado y le dijo: ‘La madre debe de estar cansada, llévala a descansar. Y mañana, asegúrate de que la vea el médico al que yo voy.’ Finalmente, se tomó una foto con mi madre y conmigo antes de despedirnos.”

El segundo encuentro: Una conexión más allá del tiempo

Recordando su segundo encuentro con Öcalan en 1993, Ebdullah evoca aquellos días con gran afecto:

"En ese momento, los responsables y coordinadores de las operaciones de correo eran Ahmet Hemze y Zinar Reşît. Junto con los compañeros patriotas Ebu Bêro y Selîm, llevábamos a cabo las actividades de mensajería. Yo ya había comenzado a trabajar como correo en 1987. A veces viajaba con Ahmet y Zinar, mientras que en otras ocasiones, Ebu Bêro realizaba misiones de reconocimiento solo. Estas misiones, destinadas a garantizar el paso seguro de los grupos, se habían vuelto cada vez más frecuentes.

Más tarde, en 1989, Ahmet, Zinar y Mihyedîn cayeron mártires. Sin embargo, las operaciones de correo continuaron activas.

Tras el encuentro espontáneo en 1991, Selim y yo asistimos a una reunión dirigida por Öcalan en 1993. A pesar de que habían pasado dos años desde nuestro primer encuentro, no me había olvidado. Lo primero que preguntó fue por la salud de mi madre. Ya sabía que éramos correos y nos preguntó cómo iba nuestro trabajo. Le habíamos llevado un mapa y le explicamos las rutas en detalle. Después de un extenso informe, preguntó por la gente de Dêrîk y su nivel de implicación en la lucha.

Aquel segundo encuentro me permitió comprender mucho más profundamente a Öcalan."