Introducción
Los bombardeos turcos sistemáticos de infraestructuras civiles críticas en el norte y el este de Siria han coincidido con declaraciones de altos cargos turcos en las que afirman que las infraestructuras son un objetivo legítimo o admiten haber atacado lugares de infraestructuras.
Estos hechos se producen en el contexto de un patrón de violencia contra civiles, en particular civiles kurdos, por parte de fuerzas turcas y respaldadas por Turquía que ha llevado a la expulsión de poblaciones kurdas del norte de Siria y que se lleva a cabo con el fin de destruir la base social para la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES) o cualquier otra forma de autogobierno kurdo.
Los ataques turcos contra lugares protegidos han causado muertos y heridos entre la población civil y han sido calificados de violación del derecho internacional por diversos organismos de vigilancia de los derechos humanos. Su impacto de segundo orden en las vidas y los medios de subsistencia de millones de personas, a través de la privación generalizada del acceso a la electricidad y el combustible, es inmenso. Especialmente preocupantes son las repercusiones de las huelgas en la seguridad alimentaria y el acceso al agua potable.
Estas repercusiones son resultados razonablemente previsibles de cualquier destrucción parcial o total de los lugares atacados. Han afectado a poblaciones civiles que ya habían sido blanco de operaciones militares turcas y han potenciado el impacto de otras políticas turcas perjudiciales en el norte y el este de Siria.
Si no se reparan los daños existentes y se permite que continúen los ataques, las acciones de Turquía contribuirán a renovar las crisis humanitarias y de seguridad en la región.
Políticas recomendadas
Todas las partes deben cesar inmediatamente las hostilidades en el noreste de Siria. La comunidad internacional, en particular Estados Unidos y otros miembros de la Coalición Global para Derrotar al ISIS, debe trabajar para garantizar que el fin del conflicto sea permanente, aprovechando y reforzando los acuerdos de alto el fuego débiles o fallidos existentes. Esto podría incluir mecanismos de vigilancia de la frontera entre Siria y Turquía para garantizar el cumplimiento de los acuerdos y esfuerzos para resolver la situación de las zonas ocupadas por Turquía y sus poblaciones desplazadas, permitiendo el acceso de las ONG a estas regiones y llevando a cabo programas de consolidación de la paz y gobernanza en ellas.
La comunidad internacional debe destinar recursos a restaurar las infraestructuras críticas, especialmente las de energía, electricidad y agua. La reconstrucción debe hacerse de forma que responda a las necesidades de las poblaciones más afectadas y sea resistente a posibles campañas de bombardeo en el futuro.
Para disuadir de futuros ataques, los funcionarios turcos implicados en el bombardeo de infraestructuras críticas deben rendir cuentas de sus actos y entender que nuevos ataques contra civiles e infraestructuras civiles tendrán consecuencias significativas. Para promover la rendición de cuentas, EE.UU. puede:
- Imponer sanciones en virtud de la Orden Ejecutiva 13894 a todos los funcionarios turcos responsables de los ataques contra infraestructuras civiles críticas en el noreste de Siria.
- Apoyar a la sociedad civil en sus esfuerzos por documentar los ataques turcos contra infraestructuras civiles críticas, el impacto acumulativo de estas campañas de bombardeos sobre la población civil de la región y el patrón de violaciones que conducen al cambio demográfico en las regiones del norte de Siria ocupadas por Turquía.
- Prestar apoyo a los procedimientos judiciales contra funcionarios turcos implicados en los bombardeos de infraestructuras civiles críticas.
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Fuente: Rojava Azadi Madrid