No hay justicia sin investigación

Veinticuatro años después de la desaparición del político de HADEP Serdar Tanış, su hermano Yakup acusa al Estado turco de encubrimiento sistemático e impunidad.

INVESTIGACIÓN

La impunidad persiste en los asesinatos políticos "no resueltos" cometidos en Turquía durante la década de 1990, llevados a cabo por órdenes del gobierno de la época y con la participación de soldados y guardias de aldea en la región. A pesar de confesiones, no se ha impuesto ninguna sanción a los funcionarios que actuaron en ese período. La mayoría de los casos judiciales han terminado en absoluciones. Uno de estos casos es el de Ebubekir Deniz y Serdar Tanış, miembros del Partido de la Democracia del Pueblo (HADEP), quienes desaparecieron en la ciudad de Silopi (Silopiya), en la provincia de Şırnak (Şirnex).

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) falló contra Turquía en este caso, pero los verdaderos responsables nunca fueron identificados. Yakup Tanış, hermano de Serdar Tanış, afirmó que la justicia aún no se ha hecho, incluso después de todos estos años.

Serdar Tanış, presidente del distrito de HADEP, fue detenido por fuerzas turcas en 2001 y desde entonces no se ha sabido nada de él. Su hermano, Yakup Tanış, actual copresidente distrital del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) en Silopi, habló con ANF sobre la lucha constante por la justicia.

Tanış afirmó: estamos viviendo esta guerra injusta e inmoral que el Estado ha desatado contra el pueblo kurdo desde hace 50 años. Serdar fue uno de los miles que fueron blanco de esta guerra.

Şırnak fue un laboratorio del terror estatal

Tanış describió el ambiente político de la época: en Şırnak no había leyes. Toda forma de presión, ilegalidad y tortura fue primero probada allí antes de extenderse por todo el Kurdistán. Şırnak fue un laboratorio. Solo se necesitaban cinco personas para fundar la sede distrital de HADEP, pero no se pudo completar debido a la presión constante. Solo cuando Serdar se convirtió en presidente del distrito pudieron abrir la organización. Todos los que lo intentaron antes fueron amenazados, sus familias también, y se vieron obligados a dimitir. Serdar resistió.

Todo comenzó solo una semana después

Tanış explicó que la oficina del partido fue reabierta el 18 de enero de 2001, pero apenas una semana después, Serdar Tanış y el miembro del partido Eyyüp Kaya fueron detenidos por un vehículo civil mientras iban a solicitar una línea telefónica para la nueva oficina. Continuó: los hombres que salieron del vehículo le dijeron a Serdar que debía dar una declaración. Serdar se negó, diciendo: “Soy el presidente del distrito. Si debo declarar, deben citarme oficialmente.” Se retiraron en medio de la calle, pero poco después, Serdar fue convocado por el mando de la gendarmería distrital y no tuvo más opción que acudir.

Nunca volvió a salir

Ebubekir dijo: “No vayas solo, yo iré contigo.” Un comerciante local llamado Ömer Sansur los llevó. En la entrada de la gendarmería distrital, se encontraron con dos guardias de aldea de su pueblo. Serdar les dijo: “Voy a dar una declaración y luego me voy.” Ese fue el último momento en que se le vio. Cuando no regresó a casa al anochecer, la familia fue a la comisaría. Se involucraron abogados y se celebraron reuniones con la gendarmería. Pero el comandante de la gendarmería del distrito afirmó: “No han venido esas personas.” Sin embargo, había testigos: quienes los llevaron, quienes los vieron en la entrada, incluso los guardias con quienes Serdar se cruzó. Todo estaba a la vista.

La lucha legal continuó

Yakup Tanış subrayó que nunca abandonaron la lucha legal: el titular del periodista Celal Başlangıç en el periódico Radikal tuvo un gran impacto. El título “Encuéntrenlos con vida” atrajo la atención pública sobre el caso. Recopilamos documentos, presentamos testigos. Aun así, el Estado eligió mirar hacia otro lado. El caso fue llevado ante el TEDH por Osman Baydemir, entonces presidente de la Asociación de Derechos Humanos (IHD) en Diyarbakır (Amed), y el abogado de derechos humanos Tahir Elçi. Algo sin precedentes ocurrió en el TEDH: incluso antes de agotar todas las vías legales internas, el tribunal aceptó el caso en solo cinco horas. Turquía fue hallada culpable de no llevar a cabo una investigación efectiva, pero a pesar del fallo, los responsables siguen protegidos. Ni se ha encontrado a mi hermano, ni se ha hecho justicia con los culpables.

Fue una política sistemática del Estado

Tanış destacó que lo sucedido no fue un incidente aislado, sino parte de una política sistemática del Estado: la desaparición de Serdar no fue solo un caso individual. Miles desaparecieron en los años 90. En los 2000 continuaron las amenazas, torturas y operaciones políticas. Fue un ataque organizado destinado a negar la existencia de todo un pueblo. Fue un crimen contra la humanidad. El cuerpo de la madre Taybet quedó tirado en la calle durante días. Eso es un ataque a la dignidad humana. La mentalidad del Estado apuntó a la naturaleza, la cultura y nuestros mayores. Esta guerra fue injusta e inmoral. El Estado debe hacer autocrítica. Se debe establecer una Comisión de la Verdad. Los nombres de los responsables deben ser revelados. La paz solo es posible mediante la confrontación. Esto no va de política, va de humanidad. La historia no recuerda las maniobras políticas a corto plazo; recuerda a quienes dieron grandes pasos. El Estado no puede avanzar si no enfrenta su pasado. Debe tomar una postura que proteja la dignidad humana. No hay otro camino. Cuanto más insistió el Estado en la guerra, más se pudrió desde dentro.