Mientras que la población kurda en particular está siendo expulsada sistemáticamente de las áreas ocupadas por Turquía en el norte de Siria, el Estado turco sigue una política intensiva de asentamientos.
Una de estas áreas ocupadas es la región de Girê Spî (Tal Abyad). La antigua región multicultural y autónoma fue ocupada por Turquía en 2019 y ahora está controlada por el servicio de inteligencia turco y mercenarios yihadistas. Según el Consejo de Girê Spî Cantol, más de 100.000 personas tuvieron que huir de la región tras la invasión turca.
Las personas leales al régimen turco ahora están siendo reubicadas en su lugar. Según la agencia de noticias ANHA, Turquía ha reasentado a 21.000 personas en Girê Spî desde abril de 2022; 9.181 de ellos en los últimos tres meses. Se dice que los traídos a la región son mercenarios y sus familias. En abril de 2022, se informó que 12 757 personas habían sido trasladadas a Girê Spî desde Alepo, Idlib, Homs y Guta Oriental. Según el informe, Turquía ha construido casas en el lado oeste de Girê Spî y en Ain Arus con fondos de asociaciones en Qatar, Pakistán y Afganistán.
El estado turco ha concluido repetidamente acuerdos con Rusia y el régimen sirio para hacerse cargo de los yihadistas y sus familiares, y asentarlos en las áreas que ha ocupado. Para la toma de poder de los yihadistas del este de Ghouta, por ejemplo, Turquía recibió luz verde para la invasión de Afrin.