En el contexto del aumento del consumo de drogas en Raqqa, el consejo local de mujeres de la ciudad del norte de Siria ha lanzado una campaña para la prevención y educación sobre drogas. La atención se centra en conferencias educativas que no solo abordan las consecuencias del uso de drogas y la adicción en la salud mental y física de los usuarios, sino sobre todo los efectos en la sociedad.
El problema de las drogas en Siria no es nuevo. El tráfico de drogas ha florecido desde la crisis siria, que ha estado en curso desde 2011 y se ha desarrollado desde manifestaciones inicialmente pacíficas hasta una conflagración a nivel nacional. Particularmente en Raqqa, que se convirtió en un centro de terror como la capital del autoproclamado "Califato" del ISIS. Muchas personas parecen creer que pueden olvidar el dolor de la guerra a través de las drogas.
"El consumo de drogas es un gran desafío para la convivencia social. Se trata de la salud mental y física del individuo, su entorno y las consecuencias financieras. Pero lo más importante es que estos efectos no solo los sienten los propios usuarios, sino también en su entorno social y, por lo tanto, en la sociedad en general", explica Awatif Isa del Consejo de Mujeres Raqqa. Ella dice que la educación oportuna debe tener lugar antes de que "el niño caiga en el pozo". Es por eso que las conferencias y seminarios educativos no solo se llevan a cabo en las escuelas. Las activistas (250 mujeres participan ahora en la campaña) también mantienen conversaciones directas con los padres y tratan el tema en otros lugares.
Se han colocado carteles en casi todas partes de la ciudad para proporcionar información objetiva y fácilmente comprensible sobre las drogas. "Necesitamos un amplio consenso social sobre este tema y una atención atenta", dice Isa.
Este fin de semana, el plan de acción para el mes de febrero se elaborará conjuntamente. La sociedad civil de Raqqa también participa en la campaña.