El 20 de enero de 2018 comenzó la invasión turca del cantón sirio de Afrin. Después de 58 días de resistencia contra el segundo ejército más grande de la OTAN y sus aliados yihadistas, se decidió la retirada y cientos de miles de personas huyeron al cantón vecino de Shehba. El hecho de que la lucha contra las fuerzas de ocupación continúa hoy en día se demostró el sábado por innumerables personas desplazadas, miles de las cuales salieron a las calles a pesar del frío implacable. Con una manifestación masiva en Shehba, la gente afirmó que mantendría su resistencia hasta que Afrin sea liberado de la ocupación.

La manifestación comenzó frente al campamento Berxwedan y se extendió por toda la ciudad. Muchos de los participantes llevaban ramas de olivo como símbolo de paz y fotos de los mártires. Las pancartas resaltaban las demandas: "No al cambio demográfico" y "No a la ocupación turca".

La marcha terminó en el parque del campamento. Después empezó un mitin con un minuto de silencio por los mártires de la revolución de Rojava. Los representantes de las instituciones de la administración autónoma prometieron en sus discursos continuar la lucha contra la ocupación.

Gîvara Şoreş del Consejo de los Discapacitados de Guerra declaró que el Estado turco tiene como objetivo luchar contra la libertad y el derecho a la autodeterminación de los pueblos del norte de Siria. "Nosotros, los desplazados que estamos ahora en Shehba, no haremos ninguna concesión a los agresores. Lucharemos hasta que nuestra casa sea liberada".

Después de los discursos, los combatientes del YPG, YPJ y SDF representaron una obra de teatro sobre la resistencia de Afrin junto con activistas del Movimiento Juvenil Revolucionario de Siria. La reunión terminó con fuertes consignas.

Afrin es una de las tres regiones federales (divididas en seis cantones) en el norte de Siria en las que se ha establecido en los últimos años una forma de sociedad democrática de base sobre el modelo del "confederalismo democrático".

El establecimiento de una sociedad democrática libre y de base en las inmediaciones de la frontera turca fue considerado por el presidente turco Erdoğan como una amenaza, después de todo, es un contrapunto al régimen autoritario que estableció en Turquía bajo su liderazgo.

Por ello, el 20 de enero de 2018, el ejército turco lanzó una guerra de agresión cínicamente llamada "Operación Rama de Olivo", que resultó en un balance sangriento con cientos de civiles y combatientes muertos, la devastación de la naturaleza, el saqueo de todos los recursos y el cambio de la demografía - y todavía continúa.