En una declaración en rueda de prensa bajo el lema “El retorno seguro es nuestro derecho legítimo”, el Comité de Migrantes del Norte y el Este de Siria de Serêkaniyê y la Asociación de Solidaridad con las Víctimas (Tazour) anunciaron el balance de los tres años de la ocupación turca de Girê Spî y Serêkaniyê.

El responsable de prensa del Comité de Migrantes, Ciwan Iso, leyó la declaración en el campamento de Washukani.

Asesinatos, secuestros, tortura

El comunicado decía: “Desde que las dos regiones fueron ocupadas por Turquía y sus mercenarios en octubre de 2019, 511 personas han sido detenidas, incluidas 68 mujeres y 42 niños. 185 personas han sido secuestradas. 325 personas han sido torturadas: al menos 5 personas han sido asesinadas bajo tortura, y 48 tenían sólo 13 años de edad. 92 detenidos, incluidos los condenados a cadena perpetua, han sido trasladados a Turquía. 56 personas, entre ellas 11 mujeres, han sido asesinadas. 11 personas han sido ejecutadas.

Ocupación, expolio, saqueo

En la declaración añadían que más del 85 % de los residentes de Serêkaniyê no pueden volver a sus casas, señalando que “2.500 familias de migrantes han sido reasentadas en lugar de los residentes originales”. 55 familias iraquíes del ISIS fueron reasentadas en las casas confiscadas en Serêkaniyê. Tras la ocupación, se confiscaron más de 5.500 casas y más de 1.200 tiendas en las dos regiones ocupadas. Se evacuaron 55 pueblos de sus habitantes originales en total, y se confiscaron más de 100 mil hectáreas de tierra.

Falta de seguridad

La declaración continuaba: “No hay seguridad en la región. Se han producido al menos 72 explosiones en las que 145 civiles, entre ellos mujeres y niños, perdieron la vida. Más de 300 personas resultaron heridas. Además, grupos pertenecientes al llamado “Ejército Nacional Sirio” han provocado enfrentamientos hasta en 46 ocasiones. Como resultado, al menos 3 ciudadanos perdieron la vida y más de 25 resultaron heridos”.