El régimen de Assad sale del aislamiento político

Por primera vez en más de diez años, el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Samih Shukri, recibió en El Cairo a su homólogo sirio, Faisal al-Miqdad. El acercamiento entre ambos países fue posible gracias al devastador terremoto del 6 de febrero.

El régimen sirio sigue avanzando en sus esfuerzos por romper el profundo aislamiento político de los dirigentes de Damasco. Por primera vez en más de una década, el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Samih Zhukri, recibió el sábado en El Cairo a su homólogo sirio, Faisal al-Miqdad.

Ambos países acordaron colaborar más estrechamente. "Los ministros acordaron intensificar los canales de comunicación entre los dos países (...)", señaló un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores egipcio.

El gobierno de El Cairo también reiteró su apoyo a una solución rápida y global de la crisis siria. Un alto funcionario del gobierno egipcio dijo a Reuters que la visita también tenía por objeto poner en marcha el regreso de Siria a la Liga Árabe bajo mediación egipcia y saudí.

El terremoto lo hace posible

El acercamiento entre Siria y Egipto ha sido posible gracias a la devastadora serie de seísmos que asolaron la región fronteriza entre Turquía y Siria el 6 de febrero y se cobraron oficialmente unas 57.000 vidas. Hace unas cinco semanas, Zhukri ya viajó a Damasco para mostrar la solidaridad de su país con Siria tras los terremotos, después de más de diez años de glaciación diplomática. Bashar al-Assad le recibió personalmente en el aeropuerto.

Egipto es el país anfitrión de la Liga Árabe, que había suspendido a Siria por el brutal trato del régimen a la oposición desde la "Primavera Árabe" de 2011. Muchos Estados árabes retiraron entonces a sus enviados de Damasco. Entre otras cosas, acusaron a Assad de una guerra despiadada contra su propia población y criticaron las asociaciones con Rusia e Irán. Muchos Estados exigieron que sólo podía haber paz para Siria sin Assad.

Es cierto que países como Estados Unidos y Qatar siguen rechazando la reanudación de relaciones con Assad. Sin embargo, influyentes potencias regionales como Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos se han mostrado recientemente abiertas al Gobierno de Damasco.