Fatma Omer: “No pude abandonar mi país”

Fatma Omer es co-presidenta de la Federación de Inválidos de Guerra del Norte y el Este de Siria. En lugar de huir de la región, eligió luchar y unirse a las YPJ. Esto dio sentido a su vida.

Fatma Omer perdió un brazo en Hesekê en 2014 como combatiente de las Unidades de Defensa de la Mujer (YPJ). Hoy es co-presidenta de la Federación de Inválidos de Guerra del Norte y el Este de Siria.

Hemos hablado con ella sobre su lucha y de la importancia del movimiento por la liberación en el Norte y el Este de Siria, sobre su motivación para unirse a las YPJ. Mientras que muchas personas decidieron abandonar el país a causa de la guerra, ella eligió unirse a la lucha: “Tomé esta decisión en 2013 y me uní a las YPJ. No podía dar la espalda a Rojava por mi amor y apego a mi país. La gente que ataca nuestro país quiere destruirnos. Nuestra existencia está en peligro. Sabía que era mejor levantarse y defender el país que alejarse”.

Las mujeres en el movimiento guerrillero

Omer también ha hablado sobre el desarrollo del movimiento por la liberación kurda en su zona: “Cuando Rêber Apo [Abdullah Öcalan] llegó a Rojava, mis parientes se hicieron apoístas. Antes de eso, participaban en otros partidos kurdos. En aquella época, nos habíamos trasladado a Damasco. Rêber Apo también estaba allí en ese momento y los compañeros seguían viniendo a nuestra casa. El primero que fue una guerrillera. Yo era muy joven entonces, pero ver a una mujer colarse en nuestra casa sola y en plena noche me llamó la atención. El régimen era fuerte entonces, y si la hubieran pillado seguro que la habrían detenido. La compañera era consciente de ello, pero aun así acudía a nosotros sin miedo. Tenía un interés especial por nosotros, los niños. No paraba de hablarnos. Escondía los libros de Rêber Apo en nuestra casa. Así llegamos a conocernos mejor y esto tuvo un fuerte efecto en nosotros”.

‘Entendí el significado de mi vida’

Omer ha contado que cambió mucho al unirse a las YPJ: “En primer lugar, reconocí mi propia realidad, el sufrimiento al que se enfrentaba el pueblo kurdo y la realidad histórica que había que destruir. Era importante comprender la realidad histórica, defender la lengua materna y romper con las convenciones de la vida cotidiana. Especialmente como mujer, empecé a captar, entender e interiorizar esto y así dar sentido a mi vida. Con el movimiento por la libertad, mi vida cobró sentido”.

El pueblo kurdo revivió’

Sobre la importancia del movimiento por la liberación del Kurdistán, Omer ha señalado: “El movimiento está llevando a cabo una revolución que abarca todas las esferas de la vida, e incluso el mundo entero. La revolución no es sólo una revolución del pueblo kurdo. El movimiento por la libertad del pueblo kurdo entra ahora en su 50º aniversario de lucha. Y se ha expandido y renovado cada día durante todos estos años”.