Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, grupos de mercenarios de Jabhat al-Shamiya asociadas con el estado turco allanaron la casa del jefe de la tribu Bobana, Faris El-Shex, cerca de la entrada de Afrin.

Durante el ataque, el hijo de Faris El-Shex resultó gravemente herido y fue trasladado al hospital. Muchas más personas, incluidas mujeres, resultaron heridas y el jefe de la tribu Faris El-Shex fue detenido y trasladado a un lugar desconocido.

Durante el día, los grupos de Faylaq al-Sham asociadas con el estado turco secuestraron a 14 civiles, incluidas mujeres, en la ciudad de Îska, en el centro de Afrin.

El 4 de noviembre, miembros de Al Hamzat secuestraron 50 ovejas de un pastor entre las aldeas sherawa de Kîmar y Meyasê. Además, se afirmó que los intrusos secuestraron a una mujer de la casa de su hermano en la aldea de Cûqê, confiscaron sus bienes y la obligaron a unirse a un grupo de pandillas.

El Estado turco ha establecido un gobierno del terror y de los mercenarios en todas las zonas que ha ocupado en el noreste de Siria, especialmente en Afrin, ocupada desde marzo de 2018. Crímenes como el secuestro, la ejecución, la tortura, el saqueo y el secuestro forzado se han convertido en algo habitual en la ciudad, que se ha transformado gradualmente en un punto caliente de crímenes de guerra.