El 15 de agosto de 2016, las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) liberaron por completo la ciudad de Manbij, en el norte de Siria, poniendo fin así a más de dos años y medio de dominio del Estado Islámico.
Para el ISIS, la pérdida fue una dura derrota, ya que Manbij era considerada la "capital secreta", situada en la ruta de suministro estratégicamente importante desde la frontera turca hasta Raqqa, donde se entrenaban y enviaban a Europa, entre otros lugares, terroristas suicidas.
Poco antes de que las SDF lanzaran la ofensiva de liberación en la presa de Tishrin el 1 de junio de 2016, el Consejo Militar de Manbij había sido creado por las SDF dirigidas por las Unidades de Defensa Popular y Femenina (YPG/YPJ).
Uno de sus cofundadores fue Abu Leyla (Faisal Abdi Bilal Saadoun), que recibió un impacto de metralla en la cabeza durante un ataque de artillería el tercer día de la operación. Cuando Abu Leyla murió el 5 de agosto, la ofensiva sobre Manbij recibió su nombre.
75 días de lucha por la liberación
La batalla por Manbij, que había estado bajo el terror del ISIS desde 2014, duró un total de 75 días. Fue un éxito total, en el que las combatientes de las YPJ desempeñaron un papel fundamental. Inolvidables son las imágenes de mujeres que quemaban sus velos y encendían cigarrillos tras la liberación, de hombres que se afeitaban la barba en público y los rostros aliviados y radiantes de los niños. Pero la lucha por una Manbij libre también fue muy costosa. Grandes partes de la ciudad quedaron destruidas. Murieron unos 300 combatientes, entre ellos algunos internacionalistas.
Manbij: Mosaico étnico y lingüístico
Tras la liberación de Manbij, las SDF se enfrentaron al reto de reunir a la población en torno al proyecto político de la "Federación Democrática del Norte de Siria". Manbij es un mosaico étnico y lingüístico, cuyos habitantes están formados por cerca de un 70 por ciento de árabes, un 20 por ciento de kurdos, un cinco por ciento de turcomanos y un pequeño número de circasianos y armenios, que durante décadas estuvieron divididos por las políticas conservadoras tribales promovidas por el régimen sirio. Durante los años bajo el control del ISIS, esta política de división se intensificó.
Modelo social con altos estándares democráticos
En otoño de 2016, el Consejo Militar traspasó la administración de la región al Consejo Civil de Manbij. En marzo siguiente, el Consejo Civil pasó a llamarse "Legislatura de la Administración Democrática de Manbij" para ampliar su alcance y aumentar su legitimidad democrática. Desde el principio, se introdujo en todos los cargos una dirección dual con igualdad de género, formada por una mujer y un hombre, de modo que la proporción de mujeres en la administración es del 50%.
La dirección de la Administración autónoma está compuesta por 132 personas. Todos los grupos sociales están representados según sus cuotas de población. Así pues, la importancia de Manbij no solo se explica por su posición geoestratégica en el contexto general sirio, sino también por el sistema político establecido allí desde agosto de 2016, que tiene una reivindicación democrática muy alta y se considera un modelo para una nueva Siria democrática. Este modelo de sociedad ha permitido establecer un entorno de confianza y seguridad, en el que las mujeres han luchado por sus derechos y ahora desempeñan un papel en todos los ámbitos de la administración y la vida.