Parte de la infraestructura civil ha sido destruida en una amplia zona en los recientes ataques de Turquía contra Zirgan, en el norte de Siria. Las redes telefónicas y de Internet, así como el suministro eléctrico, se han colapsado, y el único centro de salud de la zona también se ha visto afectado.

La infraestructura civil ha sido dañada o incluso destruida en los recientes ataques de Turquía y de sus fuerzas mercenarias contra la ciudad de Zirgan (Abu Rasen), en el norte de Siria. La red de telefonía pública se ha derrumbado al ser atacadas por fuego de artillería una torre de transmisión y una estación base. Los bombardeos también han afectado a la red eléctrica, los edificios públicos, el único centro de salud, una escuela en el sur de la ciudad y numerosas zonas residenciales. Se trata, evidentemente, de crímenes de guerra y de crímenes contra la humanidad.

Zirgan se encuentra a unos treinta kilómetros al este de la ciudad de Serêkaniyê (Ras al-Ain), que está totalmente ocupada desde octubre de 2019, y es atacada repetidamente por Turquía y sus mercenarios. El viernes, las fuerzas de ocupación dispararon más de 320 proyectiles contra Zirgan y los pueblos de los alrededores, según las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, por sus siglas en inglés). Los impactos causaron enormes daños materiales. Las redes telefónicas y de Internet ya no funcionan, y no se puede suministrar electricidad a amplias zonas de la ciudad, con más de 7.000 civiles sólo en el centro. Los ataques han reducido drásticamente los accesos a la salud, la educación, la alimentación, el agua y el refugio, lo que podría provocar desplazamientos masivos.

‘Política de castigos colectivos del ejército de ocupación turco’

“El bombardeo indiscriminado de zonas pobladas ha convertido la región en una zona de guerra y forma parte de la política de castigo colectivo del ejército de ocupación turco contra la población”, señalaron ayer en un comunicado las SDF. Las acciones de Turquía también ponen de manifiesto la brutalidad y la falta de distinción entre objetivos militares y civiles mediante el uso de armas de largo alcance y prohibidas, dijeron.

“La insistencia de Turquía en trasladar el campo de batalla a zonas pobladas y dar a los civiles la opción de ser asesinados o desplazados se considera un grave crimen de guerra. Pedimos a todas las instituciones internacionales de derechos humanos que investiguen los crímenes turcos desde 2018 y lleven a los responsables ante los tribunales pertinentes. Se insta a todas las partes a que tomen medidas contra los brutales crímenes cometidos por las fuerzas de ocupación turcas contra la población”, agregaron las SDF.

Población sin contacto con el exterior

Un reportero de la agencia de noticias Hawarnews (ANHA), con sede en Rojava, ha documentado la destrucción en Zirgan causada por los bombardeos turcos. Las imágenes muestran agujeros de bala de los proyectiles en casas, edificios públicos y calles, refugios completamente destruidos y postes eléctricos dañados. Todavía no está claro si hay personas que han sufrido daños a consecuencia de los ataques. El contacto con el exterior no es posible, ya que las conexiones telefónicas están cortadas.