Las fuerzas de ocupación secuestran a una familia de ocho personas en Afrin

El Estado turco y su ejército reclutado entre el ISIS y sus afiliados están cometiendo crímenes contra la humanidad en Afrin, que ocuparon en 2018.

El ejército mercenario del Estado turco ocupante, reclutado entre el ISIS, al-Nusra y sus grupos derivados, secuestró a una familia de ocho personas en la aldea de Hêkêçe del distrito de Shiye en Afrin. Se informa que tres de los secuestrados son niños y dos de ellos son mujeres.

Por otro lado, los grupos liberaron a un civil que habían secuestrado en la aldea de Coqê a cambio de un rescate de dos mil dólares.

Según el Centro de Documentación Criminal, las fuerzas de ocupación han secuestrado a 435 personas en Afrin desde principios de 2023.

El cantón de Afrin era el más occidental de Rojava y del norte y este de Siria, hogar de 200.000 personas de etnia kurda. Aunque la población era abrumadoramente kurda, albergaba diversos grupos religiosos, incluidos yazidíes, alauitas y cristianos, además de musulmanes suníes.

El 20 de enero de 2018, Turquía lanzó ataques aéreos contra 100 lugares en Afrin, como inicio de una invasión que denominaron "Operación Rama de Olivo".

La Fuerza Aérea Turca bombardeó indiscriminadamente a civiles, así como a posiciones de las YPG/YPJ, mientras que facciones y milicias organizadas bajo el paraguas del Ejército Nacional respaldado por Turquía llevaron a cabo un asalto terrestre.

El 15 de marzo, las milicias respaldadas por Turquía habían rodeado la ciudad de Afrin y la habían sometido a bombardeos de artillería. Un ataque aéreo turco alcanzó el único hospital en funcionamiento de la ciudad y mató a 16 civiles.

Los civiles huyeron y las SDF se retiraron, y el 18 de marzo Turquía ocupaba Afrin de facto. Entre 400 y 500 civiles murieron en la invasión, en su abrumadora mayoría como resultado de los bombardeos turcos. Otros civiles fueron ejecutados sumariamente en el campo.

Antes de la invasión turca, Afrin había sido una de las partes más pacíficas y seguras de Siria, y prácticamente nunca vio combates durante la guerra civil, salvo escaramuzas ocasionales entre YPG/YPJ y fuerzas yihadistas en sus fronteras. Como resultado, Afrin ofreció refugio pacífico a más de 300.000 desplazados internos de otras partes de Siria.